RY COODER

Blah Blah Blah Blah Blah y la lucha de clases.
Blah Blah Blah Blah Blah y la lucha de clases.
Debéis de estar hartos. Lo sé. Pero esto es muy fuerte. El mítico Ry Cooder, el coloso Ry Cooder, acaba de lanzar un disco ¡sobre un gato que cuenta la historia de la lucha de clases en EEUU! Se titula "My name is Buddy". Sí, es un gato y se llama Buddy. Dios santo, y creía que lo había visto todo... Seguro que hasta lo edita en vinilo, junto a la versión en cómic de la peripecia (juro que existe y hasta que la dibujó él) incrustada en la carpeta. No quiero que se me malinterprete, admiro a Ry Cooder por encima de casi todas las cosas, como compositor, como guitarrista, como heredero de la tradición de Peter Seeger, como, seguramente junto a John Sinclair, el último gran musicólogo vivo...
Le perdono que el "Talking Timbuktu" saliese en la portada de todas las revistas de tendencias que en el mundo han sido porque Ali Farka Touré merecía escucharse y dar gracias por ello a modo de plegaria durante todos los días de nuestra insuficiente vida. Además, al bluesman definitivo de Malí se la sudaba, él decía que era un agricultor y ya.
Le perdono, desde mi particular visión de las cosas, el absolutamente cargante (y me estoy volviendo moderado con la edad) "Buena Vista Social Club", también conocido como "Buenrollista Social Club", porque sus pecados quedaron generosamente expiados (o expropiados) con las divisas que le proporcionó a nuestra nunca suficientemente alabada, a la par que gloriosa, revolución cubana, lo cual puede significar muchos, muchos kalashnikovs a cambio de un vulgar cd.
Lo reconozco, cuando de Ry Cooder se trata, mi capacidad de indulgencia se dispara. Pero Buddy... ¿Realmente era necesario?

PD. La historia de la génesis del disco supera todo lo imaginable: "Vi un dibujo de un gato que se llamaba Buddy con una guitarra colgada y se me ocurrió contar la historia de la clase trabajadora norteamericana". Joe Hill, Sacco y Vanzetti te protejan, Ry, me dejas sin palabras.