sábado, 26 de marzo de 2022

Nosotros, los que producimos sin producir, los que vivimos sin vivir

Como los transportistas, yo también trabajo a pérdidas. Cada contrato parcial significa un número de horas reales que se acercan a una jornada completa. Así que tres contratos parciales, con menos horas y cotización de las que corresponden al salario mínimo, sobrepasan las horas del día. 
Trampeando las horas y los sueños, me dedico, como los transportistas, a una actividad económica no viable. Producir no es viable, transportar no es viable, enseñar no es viable. 
Lo cual desafía todos los fundamentos conocidos de la economía. Por eso vamos a la guerra. 
Para que acaben con nosotros y se lo queden todo. 
Como en una mala canción de rock urbano, pero sin calimocho ni necesidad de cantar. 

viernes, 18 de marzo de 2022

Adenda

Notablemente adelantado por los acontecimientos en mis oposiciones a adivino, debo decir que el símil anterior acerca del realismo y el Sahara ha quedado truncado. Pensábamos que nos estaba gobernando alguna oscura conspiración y resulta que nos estaba gobernando Marruecos.
España hasta el fin. Leyenda negra, una tuerca más. 

El Sahara y Ucrania

Ahora que el polvo sahariano lo impregna todo e impide respirar, mientras el desabastecimiento llega a los supermercados y los trabajadores en lucha son de extrema derecha, vayamos a las pequeñas comparaciones. 

Una pequeña comparación curiosa llevaría a preguntarnos por qué se pone en cuestión la salud mental de Putin por parte del bloque que va a una guerra liderado por Biden. Putin, simplemente, como todos los autócratas, recibe mala información para no contrariarle. Como todos esos informes que repiten a los "grandes hombres" sus propias ideas, percepciones y prejuicios. Una vez operado el choque con la evidencia, entonces se puede cambiar de creencias o asumir los costes. Generalmente se cambia de creencias al elevarse los costes de permanecer en aquellas que son erróneas. Es por ello que, hasta que no se sufren los costes, se mantienen estructuras de creencias erradas, sobre todo si los costes los sufren otros, y el que las tiene obtiene beneficios de ellas. 

Putin tenía creencias que no fueron exitosas en torno a los primeros días de la invasión de Ucrania. Una vez fracasadas, las cambió en un sentido realista, en el sentido de la teoría realista de las relaciones internacionales que marca la praxis internacional rusa. Europa, por su parte, se había adentrado en una cosmovisión construccionista de las relaciones internacionales, en la que los discursos crean realidades. Bajo este marco, la guerra se está librando entre dos cosmovisiones internacionales, según el nuevo realineamiento del mundo. 

Pero estábamos hablando de las creencias erróneas. Las élites europeas no reciben los costes de sus creencias erróneas, el empobrecimiento masivo, sino que los recibimos nosotros. La mayoría social que no cabe y cabrá menos que nunca en el nuevo reordenamiento del mundo. 

Hay quien sostiene la versión idealista de que Ucrania representa una causa moral insoslayable para Europa y que defenderla implica también defender nuestra seguridad continental. Más bien, la seguridad europea parece en gran riesgo debido a la participación en la guerra. El logo de TVE incluye, en estos días, una beligerante y estruendosa bandera de Ucrania. ¿Estamos en guerra? A ciencia cierta, en esta época profundamente simbólica, no lo sabemos. 

Entonces, habría que ir a la guerra por la "civilización" (herencia neocon) mientras que en otros escenarios se impone la real politik. Por ejemplo el Sahara, en donde impera la real politik del PSOE, que son exactamente sus negocios. Los cuales envían a la causa del Sahara al desagüe, a pesar de la responsabilidad internacional española y, dando un paso más allá en la cadena de decisiones catastróficas, dificultan el suministro energético de Argelia.

Todas las causas nobles de RTVE llevan en su interior el espanto. Las causas nobles no serán televisadas. Will not be televised. Por eso Gil Scott Heron languideció alcoholizado y loco, una vez vislumbrada la lucidez.  

lunes, 14 de marzo de 2022

Siempre más

"No os creáis la propaganda, os están mintiendo", dijo una joven rusa que interrumpió los informativos de su país. Pero más estaban mintiendo los demás, también los que nos lo contaban.

Tu banco te escribe

Tu banco te escribe y te dice: Ucrania necesita tu ayuda. Yemen sufre un genocidio, pero no te lo dirá tu banco. Yemen necesita tu ayuda y Ucrania es un Estado terrorista. En estertor.

Bombas caen sobre el Donbas. Bombas ucranianas, bombas buenas. Cristales clavados en cadáveres. Tu banco necesita tu ayuda. Porque la deuda, en espiral imparable, os llevará por delante al banco y a ti. 

Europa, por supuesto, rescatará al banco. Tú te irás por el arroyo abajo. Con los colores de Ucrania OTAN cual equipo de fútbol que jugó un derby a miles de kilómetros que derivó en conflicto fronterizo.

Y te fuiste a la mierda por apoyar -bancar, se dice en otras partes-, por apoyar y bancar, en todos los sentidos, a unos hooligans a los que diste lanzacohetes.

Kiev caerá, está por ver el coste, y quizá los demás respiraremos.

jueves, 3 de marzo de 2022

Ucrania: El sueño europeo a cambio de ruinas

Les prometieron ser Europa, les dejaron jugar a Netflix mientras creaban un clima ultranacionalista asfixiante en un país en guerra mucho antes de la invasión. El Presidente de la serie de televisión, que da discursos en los que gana guerras de ciencia ficción.   

Yo soy Europa porque mi vecino no lo es, pero al final todos somos Europa. Si Ucrania es Europa, Rusia es Europa, y ahora ponemos sanciones y vemos quién se dispara más en un pie de felicidad. Me preguntaban si era un complot. No un complot, sino una conjunción de intereses estrechos. Y de percepciones, obligaciones y constreñimientos del rumbo. 

La realidad no es una guerra perfectamente cibernética, pero la realidad es un tanque y la desaparición e imposible vuelta de la estatalidad de Ucrania, convertida en un espacio vacío para el enfrentamiento entre potencias, a manos de unas élites corruptas que se desentienden de sus ciudadanos, ya ex-ciudadanos. 

En el fondo, marcan el camino en el que ya vamos, un camino de ex-ciudadanos de ex-democracias en las que la histeria de la clase gobernante ha alcanzado la fase de ocultación y rapiña. Solo viven ya en la excepcionalidad. Pero nos joden ordinariamente.