viernes, 20 de noviembre de 2020

Difuminadas presencias, fantasmas en legajos

Asisto a un congreso bizantino donde se nos recuerda que la representación determina el acceso a lo sagrado. Cada vez son sagradas cosas más extrañas, dictan las representaciones habituales, mientras que lo que solía serlo se vitupera para demostrar status e inclusión. Se clausura el congreso y escucho un disco conceptual sobre Jerusalén, sobre encontrar Jerusalén a base de riffs plúmbeos, de stoner derivativo, de rock con fuentes y sin visado. Do It Yourself chungo. Para necesitados de Black Sabbath cuando había menos Black Sabbath. 

Cada generación tiene su iconoclastia y su iconomaquia. La expresión querellas bizantinas estaba justificada. Discutían acerca de lo sagrado durante una catástrofe histórica. Discutían de lo sagrado para beneficiarse de una catástrofe histórica, o para no ser arrastrados por ella. No sé si entendí bien a los ponentes. Aquí me vuelvo, a mis discos, mis pensamientos. Los bizantinos también representaban para ocultar. Y cuando representaban destruir, ocultaban todavía más. 

miércoles, 11 de noviembre de 2020

Barrera exterior, barrera interior

Toque de queda tras el que no volverá la forma de socialidad y alegría que caracterizaba a un Estado con demasiados problemas. Que nunca me gustó, pero que marcaba el entorno en el que tenían sentido los horarios más tardíos de Europa. Y, me haya socializado como me haya socializado, yo soy hijo de mis horarios. De la forma de vivir en sociedad, que pierde su base. 

Un toque de queda y una agresión sin militares. Un Gobierno de Ocupación que no se va. Todos los toques de queda saben a Vichy. La larga noche triste y solitaria. Longa noite de Netflix, para los consumidores compulsivos de basura. 

domingo, 8 de noviembre de 2020

Domingo

Domingo de escuchar country canadiense, brumoso, mientras llueve por fuera y llueve por dentro. Los domingos en Madrid eran etc, que decía la película de las bombas, Operación Ogro. Los domingos en cualquier parte son una eternidad. Día de escuchar country canadiense, de poner suspensos de siete en siete con amargura, no importa que la educación se hunda si un bolígrafo queda en pie.

Educar no es suspender, pero educar sí es exigir. Día azul, en el sentido anglosajón de blue, muy lejano del azul del cielo que marca nuestra bandera.

viernes, 6 de noviembre de 2020

Distancias

Sólo el metal puede calmar mi ira. Mi música de iglesia, mi refugio, las notas que me sostuvieron por cada día del pasado que me estrellé contra estas paredes, y sigo haciéndolo. La coraza de púas frente al exterior. Con fuerza, pasión y melodías. Death metal melódico. Mi órgano de Bach, mi clavicordio, enclavado entre hechuras de frío nórdico, de alba oscura, de imprecaciones a toda la mierda alrededor. 

Death metal melódico donde la voz es un instrumento más, guturalmente hablando. Bella forma de comunicación entre iniciados del desvivir. A quién le importa lo que escucho. Ésa, mi bendición, mi libertad, nadie entrará en ella ni la compartirá, y allá iré adonde se gestó toda la locura, enteramente emancipado, sonriendo entre los desastres, pues yo sólo sufro, cerca o lejos, ante el frío del mar, que el mismo mar lo cura.   

jueves, 5 de noviembre de 2020

Gentes

Hay gente tan privilegiada que cree que la economía es lo que le pasa a los demás. Hay otra gente que cree estar entre los privilegiados, pero claramente cuentan con mala información y no tardarán en comprobarlo. En tiempos de escasez, las pirámides tienden a estrecharse y a hacerse más oligárquicas. 

Entramos en un nuevo periodo para el que la vista no alcanza. Dios nos da ojos para que los malgastemos, nos da oídos para que no queramos oír, ni siquiera las notas de la destrucción y el pánico, nos da la fuerza y el poder para ser libres, a pesar de todos los encadenamientos, de los que no salimos, con los que nos aprietan más y más, hasta que solo quede un ring, un combate, un destino. Una extraña forma de florecer.