Hay gente tan privilegiada que cree que la economía es lo que le pasa a los demás. Hay otra gente que cree estar entre los privilegiados, pero claramente cuentan con mala información y no tardarán en comprobarlo. En tiempos de escasez, las pirámides tienden a estrecharse y a hacerse más oligárquicas.
Entramos en un nuevo periodo para el que la vista no alcanza. Dios nos da ojos para que los malgastemos, nos da oídos para que no queramos oír, ni siquiera las notas de la destrucción y el pánico, nos da la fuerza y el poder para ser libres, a pesar de todos los encadenamientos, de los que no salimos, con los que nos aprietan más y más, hasta que solo quede un ring, un combate, un destino. Una extraña forma de florecer.
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