viernes, 6 de noviembre de 2020

Distancias

Sólo el metal puede calmar mi ira. Mi música de iglesia, mi refugio, las notas que me sostuvieron por cada día del pasado que me estrellé contra estas paredes, y sigo haciéndolo. La coraza de púas frente al exterior. Con fuerza, pasión y melodías. Death metal melódico. Mi órgano de Bach, mi clavicordio, enclavado entre hechuras de frío nórdico, de alba oscura, de imprecaciones a toda la mierda alrededor. 

Death metal melódico donde la voz es un instrumento más, guturalmente hablando. Bella forma de comunicación entre iniciados del desvivir. A quién le importa lo que escucho. Ésa, mi bendición, mi libertad, nadie entrará en ella ni la compartirá, y allá iré adonde se gestó toda la locura, enteramente emancipado, sonriendo entre los desastres, pues yo sólo sufro, cerca o lejos, ante el frío del mar, que el mismo mar lo cura.   

No hay comentarios: