sábado, 27 de abril de 2019

El día antes, el día después

La jornada de reflexión no tiene música. Aunque mañana llegue el apocalipsis, ninguna trompeta lo anunciará. Pero no lo hará, porque las tiranías modernas se aposentan lentamente.
Nunca me ha gustado España. La del 28A, tampoco. Pero seguiremos luchando, hasta colgar al último caudillo de la coleta del último burgués.

jueves, 25 de abril de 2019

Hoy

No somos hijos del pánico nuclear, y el Estado de bienestar nos llegó sólo cuando se desmontaba bajo una orgía de crecimiento. No somos hijos del entusiasmo ni de la necesidad, estuvimos siempre en transición, pagando el precio de tener certezas, observando con perpetuo asombro la direccionalidad de la vida y las muchas vidas que hay en una sola, enunciadas no de forma positiva en la mayor parte de los casos. Somos los que ignoramos cualquier estructura mientras desaparecía a nuestros pies, al mismo tiempo que olvidamos el análisis concreto de la situación concreta. Haces de emociones desestructuradas, con su causalidad oculta u ocultada.
El Gran Salto Adelante del capitalismo. Los fondos de inversión que encontraron a las plataformas digitales para iniciar una revolución cultural, en el sentido antropológico del término. La revolución cultural que mató nuestra revolución cultural.

lunes, 22 de abril de 2019

Ira sin salvación

Antes me inclinaba por pensar que no había ningún plan divino. Pero puede que sí lo haya y sea obra de un demente.
Estamos preparados para muchas cosas. Trabajamos sobre la base de la inexistencia de Dios, ¿pero estamos preparados para la locura de Dios?

domingo, 21 de abril de 2019

Las fronteras de la fe

Ese lugar maravilloso al que vas cuando se mueren todos los sueños se llama resurrección. Desgraciadamente, no tiene carácter universal.

jueves, 18 de abril de 2019

Querer y ser

Cuando todo el mundo quiere salir del anonimato y la representación está más barata que nunca, querer ser anónimo se vuelve subversivo. Querer ser anónimo de verdad, y pegarle a la corriente.

miércoles, 17 de abril de 2019

Historia reciente

Tengo una silla con una bandera de España. El porqué tal artefacto acabó en mis dominios no resulta tan extraño como a primera vista podría aparentar. La silla replica la camiseta de la selección española: el 7 de España. Fue fabricada en una oleada de fervor patriótico futbolístico, para estrellarse con la decepcionante participación rojigualda en las competiciones subsiguientes. La silla abandonó su falsa transversalidad inclusiva para convertirse en objeto de vergüenza y artículo de saldo.
Yo compré, por absoluta necesidad y circunstancialidad, la silla en ese momento, en ese pseudohistórico momento. Con el tiempo, la silla empezó a no ser de saldo ni instrumental, transustanciándose en friki. No era simpática ni repulsiva, sino que, a pesar de sus muchas incomodidades, adquiría el encanto de aquello que está fuera de lugar. Tan fuera de lugar que descoloca.
Por culpa de algunas oscuras maquinaciones orquestadas desde la perfidia del centro monclovita, la silla pasó a ser identificada con Vox. Pero para entonces, ya se había roto. No había silla ni tranquilidad para sentarse.
La historia había culminado, olvidando que sobre esa esperpéntica silla, escribí varias de mis mejores páginas. Pero esa otra historia no quiero contarla, ni tampoco tengo silla para hacerlo...

sábado, 13 de abril de 2019

Irrumpir

La paciencia, esa gran virtud cuando aparece, esa gran virtud cuando desaparece.