miércoles, 23 de agosto de 2023

Ayer

Ayer soñé que la Santa Compaña eran músicos de blues, y me llevaban con ellos. Negros con traje, sombrero, bigote y gafas de sol, con los que hacer el camino inverso. 

Desexistir. 

lunes, 14 de agosto de 2023

Conciertos a los que sin ir, fuimos (2017)

Tocaban los Surfin Bichos en la playa y no me vi capaz de asistir. Un verso brutal me lo impedía. Días antes, los había escuchado en Radio 3, en otra fecha de la gira. Alfaro repicaba en el estribillo: "Muerte / Tengo ganas de cogerte". Ese estribillo hacía daño, no debía aderezársele la sal, la humedad, la intensidad de la noche marina. Ese estribillo martilleaba un recuerdo que no se irá jamás. 

Años después, me di de bruces con el disco original. Decía: "Fuerte / Tengo ganas de cogerte". Mis oídos me habían engañado, o no. Ambas duelen y ambas son verdad. Quiero cogerte muy fuerte, aun en versión espectral. En los Surfin´ Bichos está la dialéctica de todo lo que perdimos y todo lo que no perdimos porque no es arrebatable.

Nada de lo que vivimos entonces nos es arrebatable. Aunque te fueses sin dejarnos acompañarte, lo seguimos haciendo. 

miércoles, 9 de agosto de 2023

Objetos físicos y destinos posmodernos solo a medias

Le escribí una carta a mi amigo H. para enviarla junto a un paquete y se me olvidó meterla en el sobre. Hube de hacerle una foto a la carta y enviarla como imagen por whatsapp. 

Ahora la carta, el original de la carta, yace en mi mesa y no sé qué hacer con ella. Las cartas físicas eran una manifestación de lo eterno, aunque tocasen temas pequeños. La correspondencia de los escritores se publicaba para recordar no remitir cartas a la ligera.

Las cartas debían contener y entregar un trozo de uno. ¿Se puede tener un trozo de uno, una manifestación de lo eterno, sobre la mesa, sin utilidad ni concierto, sabiéndose entregada pero aquí? Deshacerme del folio sería como ir contra la doctrina de los actos propios, y conservarlo iría contra la posmodernidad materialmente existente y la necesaria gestión del espacio. 

Sigue sobre la mesa y la uso como posavasos, apoyando botellines de cerveza en ella. Porque las cartas contienen la vida que se rebela, y aunque estén todavía aquí, encuentran la vida que se rebela y dejan que haga trazos y surcos en ellas. 

Concurso de Microrrelatos (Género: Terror)

"Me he olvidado los pronombres."

domingo, 6 de agosto de 2023

Crítica, violencia y palabras

En un artículo poco original, un crítico cultural se interroga sobre el estado de la crítica. Tras muchas reflexiones caducas sobre cómo la crítica se ha convertido en marketing, dice algo interesante: que la agresividad en la crítica está mal vista.

La agresividad está mal vista y se la denota con epítetos condenatorios no porque vivamos en un estado de cosas menos violento, sino porque el papel de fijar el bien y el mal mediante el ejercicio de la violencia ha cambiado, se ha transformado en menos democrático. La agresividad discursiva no ha dejado de estar permitida por la construcción de un ágora fraterna y dialógica, sino que está siendo monopolizada por el Estado, que ha expandido sus funciones hacia lo moral.

El Estado que surge de la encarnación de los intereses del capital global es un Estado moral, que no se basa en la asimetría de poder, sino en la dialéctica schmittiana hacia dentro, puesto que sin crecimiento económico los problemas dejan de ser de redistribución, sino de pertenencia. El capitalismo moral implica el monopolio coactivo de la agresividad discursiva por parte del Estado-Capital. Se afirma coactivo porque incluye la cancelación en sus dos variantes: selectiva y aleatoria. 

Frente a los cordones sanitarios, que vuelvan las armas de la crítica, la violencia democrática en las palabras, a cada cual según sus necesidades, de cada cual según sus capacidades.       

viernes, 4 de agosto de 2023

Portadas feas para discos silenciados

La civilización del vinilo no solo aparejaba ventajas y la civilización del acceso digital a la música no solo inconvenientes. El artwork era importante, suele señalarse como loa, las portadas una obra de arte y la experiencia de llevarse un disco (o incluso un cd o un cassette) a casa comenzaba por admirar o desentrañar los misterios de su cubierta. 

Este argumento se contempla únicamente a favor, como si todas las portadas se alzasen majestuosas a la par del contenido musical del vinilo. Ahora bien, ¿qué sucede con las portadas horribles? ¿No lastraban las posibilidades de adquisición de una obra que sí podría haber tenido mayor público y mejor destino?

Los álbumes digitales, la salvaje minusvaloración del artwork, amnistía aquellos discos condenados por su portada. Un solo ejemplo, de entre innumerables: "Bananas" de Deep Purple. Generaciones de fans nos alejamos corriendo de una aberración visual de ese calibre y dimos por supuesto que no tenían nada que decir a esas alturas, que Ian Gillan no tenía voz, Roger Glover se había olvidado de componer y Ian Paice se había dejado el talento en otra parte. 

A veces, el fin de una forma de arte, te lleva a percibir de otra forma el arte. A veces el arte se cuela por las rendijas, en el tiempo del fin del arte. Ian Gillan tiene voz si sabes escucharla. 

miércoles, 2 de agosto de 2023

BNG: Partido Colonial

Solíamos entender por nacionalismo (no estatal) aquel movimiento que, en nombre de una nación desposeída, se enfrentaba al Estado central e incluso le declaraba la guerra. No obstante, la continua innovación política del Estado Español ha dado lugar a una nueva definición: Se entiende por nacionalismo aquellos representantes del Estado central en los territorios periféricos. 

De todos aquellos que representan al Estado Español en la periferia, el BNG presuntamente se encuentra entre los más rastreros, dado que tienen una peculiaridad esencial: Representan el dardo del Gobierno central contra el Gobierno gallego, contra el autogobierno y los intereses de la nación expoliada que los vio nacer. A caballo entre la sumisión colonial y un caciquismo no tan perenne y sí renovado, se envuelven en la bandera propia para ocultar la ajena, sin la cual no existirían ya. 

Una legislatura más (y van dos), un imbécil se sentará en el Congreso a decir que representa a mi país contra la mayoría absoluta de sus habitantes, y se quedará extasiado cuando el autócrata español le dé la mano, y no le exigirá más que irrelevancias porque, enfermo de autoodio y ruindad, solo pretende conspirar contra la Galicia popular que no le vota, contra la Galicia popular que no le mira e ignora cómo se llama. Porque se sienten pequeños en el foro. 

Porque sin Madrid no sois nada, vosotros los más abyectos, secuestradores y cipayos de los colonizados.