jueves, 29 de febrero de 2024

Pensar y ver

Filosofía e historia están vinculadas por algo. Si la historia son las ciencias sociales a través del tiempo, la variable tiempo se entiende, de menor a mayor densidad, como cronología o como sistema. Pero, ¿qué es realmente el tiempo? Es la filosofía la que nos dice qué es el tiempo, y ahí debe adentrarse en su objeto, y no en tratar como contemporáneos a autores muertos, olvidando precisamente la variable tiempo que los configura, que los conmueve. Que los colapsa. Que finalmente los mata, porque el pensamiento también muere en su lucha sin fin contra las profundidades del tiempo.

miércoles, 28 de febrero de 2024

28 F: Por una Andalucía Libre

Los andaluces no leen a Blas Infante ni recurren a su pensamiento, ni siquiera con finalidad ornamental. Fundamentan su país en una comunidad de práctica, y atestiguo que lo es. El andalucismo se practica, a él podemos asociar todos los tópicos del flamenco, desde el duende a que es algo que se siente y no se explica. No se explica pero hay consenso en ello. 

No liberarse de Lorca a tiempo llevó a profundizar esta vertiente identitaria, en detrimento de lo socioeconómico, de la liberación social. De construir liberación social en la senda de la liberación nacional, en vez de al contrario. El andalucismo se conformó en un estar, un estar en un lugar. Y eso celebramos hoy. 

Quien lo celebre. Y quien no lo celebre también, porque igualmente sigue estando. 

martes, 27 de febrero de 2024

Los fundamentos clásicos de la unión europea y su reverso

El europeísmo fundacional tenía tres ejes:

- La autosuficiencia agrícola. 

- La producción de energía.

- La paz en el Continente.

La estrategia comunitaria actual tiene tres ejes: destruir la producción agraria, prohibir las fuentes de energía y dirigirse a provocar la guerra. 

lunes, 26 de febrero de 2024

Los comisionistas políticos

Esta reflexión no trata sobre porteros de prostíbulos, diputados, asesores o ministros, sino de otro tipo de comisionistas políticos. Los que nutren su prestigio de causas ajenas. Organizaba manifestaciones por Palestina para aplaudirse a sí mismo a través de la causa. Se ocupaba con diligencia, esa que faltaba en cualquier otra de sus actividades, de no hacer nada útil por la causa, ya que eso molestaría al Gobierno. Primero estaba el Gobierno y después la causa, porque la causa se hallaba muy lejos. Conseguía ascensos porque representaba a la causa. Daba sueldos para favorecer a la causa -es decir, como le venía en gana, porque la causa siempre son sus representantes-. Creaba causas a sueldo y las vampirizaba. Podía haber tenido tratos con Estados Unidos, ya que a los de la causa, cual actores, nunca los escudriñan. También servía para no cumplir con ninguna obligación laboral ni profesional, puesto que poner en cuestión su valía profesional es cuestionar a la causa. 

La causa es un gremio que nunca hace nada por la causa. 

Especuladores que podrían dedicarse a cualquier otra cosa que causase perjuicio social, como lo hace su entorpecimiento real de la causa. 

Por eso la NED, que no es la causa, los financiaba. 

Estación de Servicio: The Doors

De pequeño tenía un libro denominado "La Enciclopedia del Rock", no sé si he hablado ya de él. En la entrada -como toda enciclopedia se componía de entradas- correspondiente a The Doors, venía la foto de portada de un disco en directo: "Live at the Hollywood Bowl". The Doors estaban entonces de moda por la película, bastante poco potable. Mi madre había traído a un ponente que se llamaba Jim Ferguson a un curso de formación del profesorado y la gente sin querer lo llamaba Jim Morrison. 
A mí me gustaban The Doors. Tenía una cinta en directo que había comprado en una gasolinera y sonaba fantástica. Si una cinta de gasolinera llegaba a eso, ¡qué debía ser el disco del Hollywood Bowl! Como ese disco no se encontraba, la fantasía adolescente no hacía más que crecer.
El "Live at the Hollywood Bowl" no se reeditó y me fui olvidando de él, aunque no de rendir pleitesía periódicamente a The Doors. Me alegró además que escogiesen a Ian Astbury para encarnar a The Doors del siglo XXI -no todo siglo XXI es malo-, junto a los sobrevivientes. 
En uno de esos canales de cable de mi inefable y estafadora compañía de teléfonos, programan ahora de relleno el documental de ese concierto, que si no en disco, había estado disponible en dvd, puesto que de no muchas actuaciones de The Doors se conservan imágenes. En el Hollywood Bowl, 1968, compruebo con asombro que Jim Morrison está tan borracho que se sujeta en el micro, Robby Krieger desafina a ratos y Ray Manzarek parece desubicado, no levanta la vista del teclado ni atiende a lo que hacen los demás. Ninguno de ellos lo hace. John Densmore está con su batería sobre una tarima y la cámara ni siquiera se le acerca. Aún así, el repertorio funciona a destellos. 
The Doors funcionaban a destellos, antes de que el autobús del destino les arrollase. Quizá su máxima grandeza yace en una cinta de gasolinera. Ese fue el verdadero Hollywood Bowl, y de algún modo creo que lo sabía. 

sábado, 24 de febrero de 2024

Boom boom

No se recuerda a John Lee Hooker. Del olimpo de las leyendas del blues en su senectud, equiparado a los grandes forjadores del género que moraban los cruces de caminos y trasportaban sus guitarras gastadas en estuches polvorientos, a la desaparición del imaginario. En un estilo musical constante, John Lee Hooker representaba la constancia en su creación única. La bota marcando la percusión, la voz inconfundible, los acordes reiterativos que no reiteran machaconamente ritmo, sino que se elevan conformando el boogie a partir de esas maltrechas cuerdas, golpeadas una y otra vez en una alucinación circular y feliz. 

Todas las canciones de John Lee Hooker son la misma. Como AC/DC, Motörhead, Ramones, Status Quo. Añadiríamos a ZZ Top, pero entonces no solo sería la misma, sino que sería la misma y de John Lee. A John Lee Hooker, le escribían odas antes de que comenzasen los sesenta. Le veíamos en ocasiones en televisión antes de morir. Estábamos tan acostumbrados a bluesmen muertos y a John Lee Hooker vivo, que no hay mayor anomalía que después de muerto no esté presente. 

Esa imagen icónica estaba hecha para perdurar y no para ser eliminada. Igual que el blues, que se va apagando, no por el fallecimiento de los que lo practicaban, sino porque apagan el delta, la electricidad de 
Chicago, apagan en suma todas las cosas que importan, y Johnny Lee tiene suerte, formando parte de aquello que apagan, mientras desconectan la energía, la producción de las fábricas, la manera en que vivíamos, creábamos, escuchábamos, bebíamos, movíamos la cabeza en los bares mientras sonaba "Boom boom boom boom" y mirábamos a la chica de la que pensábamos "I like the way you walk". Tampoco nos gusta ya una persona por cómo camina. 

Volvimos la espalda a demasiadas cosas una a una.   

martes, 20 de febrero de 2024

La ilusión neoliberal: El enemigo de clase en la conciencia del proletariado

Eso.

Que implica que el neoliberalismo no es un modelo de acumulación económica vigente, sino un mecanismo de formación de identidades vigente. 

Que es un marco de socialización y consumo.

Que existe ya más de una generación nacida en él.

Y que es un mecanismo de sujeción política. 

Otrora llamado alienación, con menos brillo y menos partidos.

Y que existe una plusvalía ideológica, que debemos tratar de definir en el futuro. 

Con Ludovico Silva o sin él. 

Con Steve Bicko o sin él. 

Con Malcolm X siempre, para reaccionar con violencia a la opresión.   

lunes, 19 de febrero de 2024

Lunes

Esta mañana me ha gustado levantarme temprano y trabajar. ¿Qué otras cosas podrán gustarme? ¿Cocinar? ¿Pasear bajo el sol primaveral anticipado? ¿El pop que ya no se hace?

¿Es posible cambiar de vida? El conocimiento científico dice no. Los vídeos de Youtube dicen sí. Yo digo no. Mi cuerpo y mi ánimo dicen depende. 

Afortunadamente, este optimismo nada perenne se desvanecerá. Nosotros creemos en la eternidad y no en los bandazos ciclotímicos del ser. 

Que la felicidad sin motivo no sea costumbre.

domingo, 18 de febrero de 2024

Papeleta

Lo que lleva usted en la mano no es una papeleta, sino un dispositivo libidinal altamente peligroso para su conciencia. Tras llevar dos veces ese dispositivo libidinal en la mano, su conciencia desaparece.

sábado, 17 de febrero de 2024

La nostalgia de los 90

De las continuas operaciones periódicas de rescate de una década, la de los noventa será la más pintoresca. Tendremos nostalgia de una época depresiva en la que teníamos más dinero. Desde otra perspectiva, también tendremos nostalgia de lo que no había: smartphones y demás aparatos anticomunicativos. Y que moldearon la relación con el entorno. 
Anteriormente al diluvio, la relación con el entorno o era inmediata y directa, o era abstracta e imaginaria. No era de los dos tipos al mismo tiempo. No confundía categorías. Y hasta había sms, nodo50, lista de correo nuevo amanecer press, ejército zapatista de liberación nacional, sonic youth a raudales y desesperación en seattle y punk rock en escandinavia. 
Los recursos materiales permitían sobrevivir y el entorno permitía vivir. Los problemas de salud mental eran comprensibles y se limitaban a la necesidad de la revolución.
Una década de mierda a la que desearíamos volver, igual que se desea el amor que no existe, un neoluddismo letrado y los tocadiscos a los que les faltan piezas. De los noventa surgió un mundo en lo que todo estaba mal ordenado, y por eso los enemigos de la civilización persiguen la agricultura en vez de romper tablets y quebrar pantallas, quebrar pantallas y cabezas, y no destruir los escasos rastros de lo real, de aquello que teníamos además de depresión en nuestra nirvanera década de cantantes mesiánicos muertos, crecimiento económico desigual y desatisfacción masiva. 
Antinostalgia de los 90, antinostalgia mía que no nos venderán. 

viernes, 16 de febrero de 2024

En busca del poeta anarquista

Hay constancia del nombre de Félix Paredes, de su paso por la prensa confederal y de su obra en versos. No se conoce su trayectoria posterior a la prisión, no se han reeditado sus poemarios, ni siquiera los de guerra, y apenas cuatro o cinco composiciones, no muy prometedoras, aparecen tras una minuciosa pesquisa virtual.

La nómina de la relación de la CNT con las letras resulta exigua: un periodista, Eduardo de Guzmán, un artista polifacético, Ramón Acín, un inclasificable que puso sobre su féretro los colores rojinegros, Fernando Fernán Gómez, y Félix Paredes, presente en las enciclopedias especializadas y en los romanceros, inverificable en la memoria práctica en un siglo con amplia y sesgada sobredosis de memoria. 

A primera vista, nos asombra que una organización y doctrina volcada en la educación, reverenciadora del libro y que hacía de él su estandarte, haya alfabetizado a tantos trabajadores y haya publicado tan poco. Aún más enigmática se vislumbra la escasa poesía producida en sus cotidianos frentes, cuando el tono lírico de su prosa se encarnaba de forma tan palpable, hasta en ocasiones atosigadora. 

Probablemente poner más poesía en el anarquismo habría sobrevenido redundante, y ya bastaba con el propio ideal, sin mayor dotación lírica para la lírica misma. Para la que corren malos tiempos y abundan golpes bajos, entregadas las siglas al reformismo y su pensamiento a la diaria estupidez burguesa. 

Sin embargo, estas líneas parten de una premisa falsa, o de la frustración de no haber encontrado más de Félix Paredes o de cualquiera de sus coetáneos. Una premisa falsa, porque basta con citar a Lucía Sánchez Saornil y comenzar de nuevo. Porque fue en ese territorio, en el que anarquismo y vanguardia se dieron la mano, desde el que hay que volver a esculcar, sin pleonasmo.  

jueves, 15 de febrero de 2024

Din que votan, mais tamén aldraxan

Din que votan aos partidos que votan para que os españois non lles chamen reaccionarios. 

Din que teñen a sensación de viviren nunha distopía, e será que ser galegos lles semella unha distopía, ou pior, unha utopía, en troques dun feito.

Din que pensan que viven nunha sociedade estamental, e non hai maior mostra dunha sociedade estamental que gabar a unha muller que leva máis de vinte anos de diputada e que nunca tivo outra ocupación, nen virtude. 

E a iso alcúmano votar polo cambio.

A desprezar o seu país e as súas xentes, compromiso.

A presumir de superioridade, traer a ilusión. 

Mesmo din que o nacionalismo é votar á candidata do Presidente de España.

E non se rín ao dicilo pero si que se rín (de nós). 

Rinse de nós e queremos que chova. 

No noso valeroso chan, que tampouco lles vale. 

M.I.A.: El escándalo

La irrupción de M.I.A. fue un escándalo musical, a la altura que lo es su silenciamiento, ahora que pare sus mejores obras desde su debut. Dulcificar y comercializar su sonido, aparcar átomos de furia, experimentar... A la diva tamil se le permitía todo, cualquier grito, cualquier idea, salvo su conversión religiosa y su enfrentamiento con las finanzas.

Como una anti Taylor Swift, de country star conservadora y modosita a icono demócrata previa compra por Soros -y esta es una verídica historia para no dormir, su descubrimiento de la política contemporánea corporativa-, M.I.A. al contrario partió de su condición de revolucionaria por nacimiento a la aproximación a la alta burguesía financiera por emparejamiento con uno de sus descendientes. 

El conflicto por la custodia de su hijo fue su final. Persecución bideniana, catarsis mística, y vuelta a las trincheras. Su disco invisibilizado de 2022, "MATA", nos devuelve la gloria, esa que aparece cuando nadie se entera.   

Cómo utilizar el botón de apagar

"Buenas tardes, bienvenidos, bienvenidas y bienvenides..."

AHORA.

miércoles, 14 de febrero de 2024

Infame

Hay medios de comunicación, seguramente casi todos, que al leerlos uno solo piensa que se trata de un panfleto infame. Después surge la duda acerca del calificativo. No acerca de su merecimiento, sino de que si infame proviene de fama, ello implicaría que había merecido fama y la había perdido. ¿Hace falta haber tenido buena fama para ser infame?

Se me ocurre una alternativa, que infame no provenga de fama, sino de infamia. Ahora sí. Es un panfleto infame porque comete infamias en todas sus páginas. 

Y por sus actos los conoceréis. 

Menos mal que no hay una Dictadura del Proletariado

El "comunismo del siglo XXI" ha afinado sus herramientas teóricas y ha determinado que el campesinado es "una clase reaccionaria", que los agricultores constituyen la vanguardia del fascismo -deben de creer que el fascismo alimenta- y que en lugar del concepto de terratenientes, éste debe ser sustituido por el de tractortenientes. Así pues, los agricultores dueños de un tractor tienen la posesión de un medio de producción, y como un tractor resulta más costoso que -incluso- un coche eléctrico, de un medio de producción singularmente caro. Por tanto, los tractortenientes no solo prueban su pertenencia al empresariado maligno, sino su carácter millonario. Qué mayor prueba de estatus económico que avasallar con un tractor -para que aprendan los que compran relojes de un precio equivalente, y sin leasing ni mercado de segunda mano ni gravosa financiación bancaria-.  

Por consiguiente, condenamos aquí a los comunistas angoleños por tener signos agrarios en su bandera, a los comunistas chinos por aduladores del campesinado enemigo, a los comunistas cubanos por elevar a héroe nacional a Maceo y demás individuos que llevaban machetes -ya se sabe que del machete y el arado germinará mecánicamente el tractor-, a Lukashenko porque estamos seguros de que también es tractorteniente, a Tirofijo, ese fascista que en algún momento de niño cultivó el campo y nunca salió de él, a los comunistas gallegos, que cometieron la impúdica desviación de considerar las tractoradas como una imponente forma de lucha de clases -por supuesto, burguesa-, habiendo en Galicia más burgueses que habitantes activos aunque menos que vacas, a los comunistas alemanes y de más al Este, que admitieron a los partidos agrarios en la RDA y análogas repúblicas, a los comunistas vietnamitas, que tenían una guerrilla reaccionaria que venció al Imperio proletario, y a Víctor Jara por cantarle una nana a un niño negrito que tenía una madre empresaria que estaba en el campo y no dormía.

La Dictadura del Proletariado terminará al fin con todos ellos. Así habrá paz.  

viernes, 9 de febrero de 2024

lunes, 5 de febrero de 2024

Caducidad

Una mexicana recita un poema sobre la guerra de Iraq. Siempre hay una guerra en Iraq para escuchar el poema, haciendo imposible datarlo. Ni el carbono 14 podría ponerle cara al sufrimiento de Iraq. Un país sin cara es el espacio propicio para plantar una guerra. Perpetuar la impunidad, no solo física, también moral.

Estas guerras tratan de destruir la estatalidad. Voltear el sentido de la historia, como si fuese lineal y reversible, en una marcha cotidiana para la destrucción, anclando el derecho consuetudinario a hacer el mal en las relaciones internacionales, asignando para ello una esfera determinada, en la que nunca se mira. 

Todo ello debe caducar.  

viernes, 2 de febrero de 2024

Laura Lee Perkins

¿Solo puede caber una mujer en el rockabilly de los años cincuenta? Como en las lenguas minorizadas en las que solo cabía un escritor que las representase, en el rockabilly clásico solo había espacio para citar, secundariamente, a Wanda Jackson. La descubrí a los trece años en un fantástico programa de radio que reproducía los charts por año desde 1955, desde la fecha canónica de nacimiento del rock con Bill Haley. La aplaudí fervorosamente en un concierto tardío, dado su carácter ineludible. 

Desde Wanda Jackson se podía ampliar el campo hacia Brenda Lee, si bien su fama pop opacaba su etapa feroz en la que casi era una niña, y hacia Janis Martin, a la que se promocionaba como la Elvis femenina. Etiqueta que no la hizo perdurar, cuando revisando sus grabaciones, resulta la más sorprendente de todas y la que con más inmediatez llega al oyente de ya setenta años después. 

Mayor impacto incluso representa tener una primera noticia de Laura Lee Perkins. Seis canciones registró en su época en un estudio profesional, tres singles con su correspondiente doble cara. El resto de su carrera, en la working class de la música, tocando donde la contrataban. Llegó a ver su obra reeditada por sellos especializados, su causa mencionada a media voz entre connaisseurs de la escena. Quien dedique quince minutos a escucharla no se arrepentirá. 

Las mujeres en el rockabilly, Kim Lenz, Imelda May en sus inicios, Rosie Flores, no provienen de la nada. Kim Lenz y Rosie Flores compartieron escenario o incluso colaboraron con Wanda Jackson y Janis Martin, con menor visibilidad para la segunda. Laura Lee Perkins no tuvo quien le escribiese, y esta primera pero no última aproximación quiere remediarlo. Repitiendo su nombre e invitando a conocerla, sin ponerle fanfarria a quien no necesita adornos.