La irrupción de M.I.A. fue un escándalo musical, a la altura que lo es su silenciamiento, ahora que pare sus mejores obras desde su debut. Dulcificar y comercializar su sonido, aparcar átomos de furia, experimentar... A la diva tamil se le permitía todo, cualquier grito, cualquier idea, salvo su conversión religiosa y su enfrentamiento con las finanzas.
Como una anti Taylor Swift, de country star conservadora y modosita a icono demócrata previa compra por Soros -y esta es una verídica historia para no dormir, su descubrimiento de la política contemporánea corporativa-, M.I.A. al contrario partió de su condición de revolucionaria por nacimiento a la aproximación a la alta burguesía financiera por emparejamiento con uno de sus descendientes.
El conflicto por la custodia de su hijo fue su final. Persecución bideniana, catarsis mística, y vuelta a las trincheras. Su disco invisibilizado de 2022, "MATA", nos devuelve la gloria, esa que aparece cuando nadie se entera.
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