viernes, 2 de febrero de 2024

Laura Lee Perkins

¿Solo puede caber una mujer en el rockabilly de los años cincuenta? Como en las lenguas minorizadas en las que solo cabía un escritor que las representase, en el rockabilly clásico solo había espacio para citar, secundariamente, a Wanda Jackson. La descubrí a los trece años en un fantástico programa de radio que reproducía los charts por año desde 1955, desde la fecha canónica de nacimiento del rock con Bill Haley. La aplaudí fervorosamente en un concierto tardío, dado su carácter ineludible. 

Desde Wanda Jackson se podía ampliar el campo hacia Brenda Lee, si bien su fama pop opacaba su etapa feroz en la que casi era una niña, y hacia Janis Martin, a la que se promocionaba como la Elvis femenina. Etiqueta que no la hizo perdurar, cuando revisando sus grabaciones, resulta la más sorprendente de todas y la que con más inmediatez llega al oyente de ya setenta años después. 

Mayor impacto incluso representa tener una primera noticia de Laura Lee Perkins. Seis canciones registró en su época en un estudio profesional, tres singles con su correspondiente doble cara. El resto de su carrera, en la working class de la música, tocando donde la contrataban. Llegó a ver su obra reeditada por sellos especializados, su causa mencionada a media voz entre connaisseurs de la escena. Quien dedique quince minutos a escucharla no se arrepentirá. 

Las mujeres en el rockabilly, Kim Lenz, Imelda May en sus inicios, Rosie Flores, no provienen de la nada. Kim Lenz y Rosie Flores compartieron escenario o incluso colaboraron con Wanda Jackson y Janis Martin, con menor visibilidad para la segunda. Laura Lee Perkins no tuvo quien le escribiese, y esta primera pero no última aproximación quiere remediarlo. Repitiendo su nombre e invitando a conocerla, sin ponerle fanfarria a quien no necesita adornos. 

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