martes, 15 de julio de 2008

QUERIDO DIARIO

En variadas ocasiones se me acusa de ser demasiado vago, y que haga bromas autoparódicas al respecto no contribuye a desmontar tal visión. Así que, excepcionalmente, hoy voy a intentar recordar cuales fueron algunas de mis actividades:

Despertarme a las 2 de la tarde.
Hacer un análisis de las consecuencias en el plano internacional y confesional de los cambios políticos libaneses.
Comer.
Pensar acerca de la mercantilización de lo inmaterial y la inmaterialización de lo real.
Bajar a por un café y leer El País sin el odio acostumbrado (cansancio).
Ver Navy Investigación Criminal (NCIS) y Walker Texas Rangers tumbado en el sofá.
Lavar ropa. Periodificar calcetines (un trabajo arduo y costoso).
Comprar galletas de chocolate a los chinos.
Escuchar el nuevo disco de los Black Halos.
Leer los datos demográficos y electorales de los tres distritos de Beirut y de la región de Koura.
Ver Clerks 2.
Escribir esto sin pensar.
Olvidarme de todo.
(...)

En 2º de BUP, nos hacían escribir durante 10 minutos un día a la semana y leerlo durante la clase de literatura española. Una de mis compañeras (que estaba muy buena), escribía siempre una crónica detallada de la jornada escolar, incluyendo los platos del menú, y como siempre era el mismo día de la semana, leía invariablemente: "Hoy comimos pollo". Pues bien, hoy me siento como si hubiese comido pollo. Pero ni siquiera.

lunes, 14 de julio de 2008

BOB DYLAN

Never ending tour. Su mejor obra, la destrucción de su propia obra, cada noche sobre el escenario. Del mismo modo que es difícil cantar peor que Bob Dylan hoy, muy pocos pueden presumir de la lucidez de la visión espectral a la que dedica su vida. Y el respeto que tengo por lo que hace sólo puede compararse a lo poco que me interesa ya su música.
Todo un ejemplo de trascendencia. Cuento aquí mi admiración y me marcho a escuchar un disco de otro. Eso es lo que significa Dylan para mí; este es mi homenaje a su eternidad presencial de por sí contradictoria.

FELICIDADE

Sin trabajo y con la crisis golpeando, no encuentro mejor cosa que hacer que ponerme a dar brincos ante la noticia de que se empiezan a hundir las inmobiliarias: Que quiebren todas. Que quiebren todas. Que no quede ni una.
¿Irresponsabilidad? Simplemente es que tengo sentimientos. (Y hoy hemos ganado la Eurocopa de la venganza).