lunes, 14 de julio de 2008

BOB DYLAN

Never ending tour. Su mejor obra, la destrucción de su propia obra, cada noche sobre el escenario. Del mismo modo que es difícil cantar peor que Bob Dylan hoy, muy pocos pueden presumir de la lucidez de la visión espectral a la que dedica su vida. Y el respeto que tengo por lo que hace sólo puede compararse a lo poco que me interesa ya su música.
Todo un ejemplo de trascendencia. Cuento aquí mi admiración y me marcho a escuchar un disco de otro. Eso es lo que significa Dylan para mí; este es mi homenaje a su eternidad presencial de por sí contradictoria.

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