jueves, 25 de abril de 2019

Hoy

No somos hijos del pánico nuclear, y el Estado de bienestar nos llegó sólo cuando se desmontaba bajo una orgía de crecimiento. No somos hijos del entusiasmo ni de la necesidad, estuvimos siempre en transición, pagando el precio de tener certezas, observando con perpetuo asombro la direccionalidad de la vida y las muchas vidas que hay en una sola, enunciadas no de forma positiva en la mayor parte de los casos. Somos los que ignoramos cualquier estructura mientras desaparecía a nuestros pies, al mismo tiempo que olvidamos el análisis concreto de la situación concreta. Haces de emociones desestructuradas, con su causalidad oculta u ocultada.
El Gran Salto Adelante del capitalismo. Los fondos de inversión que encontraron a las plataformas digitales para iniciar una revolución cultural, en el sentido antropológico del término. La revolución cultural que mató nuestra revolución cultural.

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