Toque de queda tras el que no volverá la forma de socialidad y alegría que caracterizaba a un Estado con demasiados problemas. Que nunca me gustó, pero que marcaba el entorno en el que tenían sentido los horarios más tardíos de Europa. Y, me haya socializado como me haya socializado, yo soy hijo de mis horarios. De la forma de vivir en sociedad, que pierde su base.
Un toque de queda y una agresión sin militares. Un Gobierno de Ocupación que no se va. Todos los toques de queda saben a Vichy. La larga noche triste y solitaria. Longa noite de Netflix, para los consumidores compulsivos de basura.
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