jueves, 26 de abril de 2007

25 DE ABRIL SEMPRE (terra da fraternidade)

Los Capitanes de Abril no sólo derribaron al fascismo. No sólo abominaron de igual modo de la democracia liberal que al final silenciosamente les derrotó. Sino que, mucho antes, en las guerras coloniales africanas, se habían pasado clandestinamente al enemigo. Se habían fusionado con el enemigo. Y el capitalismo, como no, les honró tratándolos como a enemigos.
Vasco Gonçalves, Vasco Lourenço, Otelo Saraiva de Carvalho. O Movimento das Forças Armadas. Y la primera organización en reconocer formalmente el único legítimo Gobierno de la República de Portugal, en aquella noche inesquencível del 25 de abril de 1974: A Unión do Pobo Galego (UPG). El mejor regalo, además del apoyo moral y material que ofrecieron a nuestra nación prohibida, la destrucción de la embajada franquista española en Lisboa a los pocos días. El fuego justiciero prendido por quienes nunca fueron ajenos a la hermandad debida. Ese glorioso, tardío tributo a Castelao: "A nosa lingua está viva e floresce en Portugal".
En 2006, en Salamanca, se convocó una contramovilización en apoyo a Cuba y Venezuela bajo el escenario de una Cumbre Iberoamericana más. Todo transcurría por cauces grises, taciturnos, hasta que llegaron 2000 militantes del PCP. Los recibimos con el inconmensurable "Álvaro Cunhal, a luita continúa". Y ellos, tal como Álvaro Cunhal les había aprendido, nos respondieron: "La solidaridad no se pide, se da. (Así lo hacemos nosotros)". Por algo el PCP permanece como el último, genuino, partido comunista de esta opresiva Europa...
Aunque en 1974 las cosas fuesen bien distintas. Aínda que a saraiva do carvalho nao chegase a florescer. E o povo segue a ser quem mais ordena. Neste o nosso mundo. De Grandola Vila Morena.

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