POR QUÉ ECHO DE MENOS LOS VINILOS (5)

Cara A y Cara B. Un principio explicativo del universo tan insoslayable como la mismísima lucha de clases. Side A & Side B, el guardián exquisito de la simetría que permitía convertir la escucha de un buen disco en una experiencia vital plena, con sus pausas de antemano establecidas, ya fueran mínimamente obligadas por el hecho de dar la vuelta al vinilo o bien espaciadas, degustadas en las coordenadas que la vida imponía.
Sin embargo, al enfrentarte a un cd, a ese mamotreto de a veces más de 70 minutos, ¿cuándo le das al stop? No lo sabes, pero tampoco lo piensas, porque es un hecho que ha perdido toda trascendencia. Al artista se le niega la posibilidad de expresar su concepción completa de la obra, pero ese poder no pasa al oyente, que en cualquier caso nunca había dejado de tenerlo, sino que se queda suspendido en el vacío. Escuchar un cd significa juzgar el álbum, analizarlo, disfrutarlo en cierta medida, pero, salvo que provenga de la era del vinilo, es imposible de amar en cada uno de sus surcos.
Secuenciar simétricamente un cd constituye un absurdo, y escuchar los discos que se editan ahora, aún en el caso de los que se salvan en su mayor parte, puede convertirse a ratos en un coñazo mayúsculo. Intentar secuenciar una obra en el continuum del cd se impone como un acto de tal pretenciosidad intectual que culmina casi siempre en lo fallido, haciéndonos pensar en lo que se podría haber mejorado en vez de estar haciendo sexo con las ondas sonoras.
Allah quiso que el disco pluscuamperfecto, el "Appetite for Destruction" de los Guns n´Roses, fuese editado en vinilo. Esa majestuosidad de empezar la cara A con "Welcome to the Jungle" y terminarla con "Paradise City" (where the grass is green and the girls are pretty), para acto seguido iniciar la cara B realzando "My Michelle" mucho más allá de la propia canción... A saber, ¿qué hubiese sido de "My Michelle" sonando tras "Paradise City" sin una mínima interrupción? Pero hay más, esa joya escondida que nunca nadie recuerda y que es "Think about you", refugio pertinaz de unos pocos escogidos por el simple hecho de estar en su cara B. ¿Puede existir un clásico sin tener una gema estratégicamente oculta? Y también la indulgencia hacia el "Anything Goes", seguramente indigno de figurar en la obra maestra, pero que no obstante no molesta, ahí en la cara B como penúltimo corte, después de 9 temas absolutamente gloriosos, incluyendo los 6 de la cara A que te han transportado directamente a la felicidad absoluta, y tras un nº 10, el "You´re Crazy", que sin volar tan alto da la talla y nos ofrece una de las infinitas claves del disco, la desafinadísima guitarra rítmica del maestro Izzy Stradlin, el gunner definitivo.
Pero, me pregunto, nos preguntamos, y que el cielo nos escuche, ¿alguien podría asegurar que un "Appetite" editado originariamente en un vulgar cd hubiese alcanzado las cotas de grandeza que por siempre y para siempre se merece? ¿O quizá se hubiese convertido en un "Use your Illusion", en una mera deidad menor que no deja de mostrar al mundo una escisión incomprensible, un orgullo de confuso ángel caído, lejos del paraíso en el que se había revolcado, muy lejos de lo que una vez nos dio a todos, de ese genuino apetito de destrucción que nos hizo libres.