martes, 10 de abril de 2007

MÁS AL QAEDA

Exclusivamente con ánimo de objetividad y a efectos de análisis etcétera etcétera, debo decir que creía que los combatientes suicidas formaban parte de una táctica de guerra asimétrica, como así atestiguaba esa fecunda historia que comienza en Alamut y llega a los Tigres de Liberación de Eelam Tamil, Hizbollah, Hamas, el Partido Nacionalista Social Sirio o la Yihad Islámica palestina, culminando en aquellos a los que el jeque Omar Bakri denominó "los 19 magníficos". Pero parece que no. Al menos, no para lo que vengo en llamar Al Qaeda 2.
En realidad, Al Qaeda 2 no salvaguarda el valor militar de los combatientes que usan su cuerpo como única arma, no los convierte en shahids de la yihad, sino que los arrastra al takfirismo, a la impiedad en contra de las creencias islámicas. No libra ninguna guerra asimétrica contra el Imperio, prefiriendo inmolar a sus efectivos en cualquier esquina, casualmente siempre muy lejana del Imperio.
¿Por qué lo hace? Entre otras cosas, porque opera como una empresa capitalista, alienando al lumpenproletariado para que cambie su vida por "cosas de poco precio", rigiéndose por la sacrosanta ley de la oferta y la demanda. Y, a sobreabundancia de combatientes suicidas, la empresa considera que su valor, la vida de cada uno de ellos, cotiza tan poco en el mercado que sólo sirve para cumplir una función simbólica de testimoniar la simple expansión de la marca Al Qaeda al margen de cualquier objetivo político, militar o religioso. Pero ¿a quién beneficia la permanencia de una Al Qaeda incapaz de plantear cualquier desafío a sus supuestos enemigos, transmutada en unos mortíferos GRAPO a escala global, en la excusa perfecta para mantener la represión interna y la guerra imperialista?
Al Qaeda 2 es una empresa capitalista, y George W. Bush su único dueño. Allah los maldiga a todos y proteja a la Resistencia.

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