jueves, 19 de abril de 2007

CONTRADICCIÓN EN LOS TÉRMINOS...

No, post-camarada y amigo Fraseos, no se trata del triunfo final del reino de la paradoja bajo una realidad transmutada en un simulacro de vida, sino de la única síntesis posible (tesis-antítesis-síntesis) de la inevitable relación dialéctica entre lo real y lo imaginario que nos corroe. Igual que había obreros que votaban a Aznar en los desiertos de España y príncipes maoístas en las montañas del Sudeste de Asia, surgirá el econometra salafista, porque el marxismo necesita una salafiya, porque el trotskismo necesita un Mahdi, y porque la Econometría tampoco quedará impune. Así pasan todas las cosas, Gran Jefe Indio Heráclito-Seattle.
¿Existe entonces alguna contradicción en los términos que pueda todavía sorprendernos? Sí: El Enano de Jardín revisionista.
En aquel mundo comprensible en el que la URSS nos protegía, los Enanos de Jardín se dividían en dos clases, según dictaban las enseñanzas del jeque Malcolm X: el Enano de Jardín con alma doméstica, siervo por antonomasia orgulloso cual estatua al sol de cada mirada de su amo; y el Enano de Jardín con alma de plantación, el subversivo incontrolable.
"Hace falta sólo una chispa para incendiar la pradera", amigo Mao el gnomo. El Frente de Liberación de Enanos de Jardín (Canal Histérico) inició su legendaria campaña armada (guerra popular prolongada) estableciendo bases insurgentes en los bosques, territorio irreductible vedado a burgueses enanicidas. El lema de la lucha era: ¡Huye, enano, huye!
Pero la URSS fue derrotada y en el mundo unipolar nos crecieron hasta los Enanos de Jardín revisionistas. Enarbolando una foto de Zapatero bajo el gorro puntiagudo que tradicionalmente ocultó el revólver justiciero de la tribu, estos enanillos reivindican felicísimos el derecho a tener una sombrilla en verano y un paraguas en invierno. A tal engendro le llaman "derechos sociales". A cambio, se prestan gustosos a aumentar la productividad, no tener envidia de la caseta del perro y ejercer nuevas funciones, vigilando desde el porche para impedir acciones de sabotaje de los herederos del Frente de Liberación de Enanos de Jardín, esos terroristas. ¿Carceleros? No, repite conmigo, funcionarios, fun-cio-na-rios.
"Y el que tortura es un funcionario" (Fermín Muguruza)
¿Qué hacer con los Enanos de Jardín revisionistas? Bien lo sabían los hermanos mau-mau en Kenia, bien lo sabían.

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