martes, 17 de abril de 2007

GILAD ATZMON

Saxofonista de free jazz. Ex-judío. Exiliado. Palestino de lengua hebrea. Enemigo eterno de la bestia sionista. ¿Qué sería de mí sin Gilad Atzmon?
Sólo él describe con la convicción necesaria los soterrados vínculos históricos (y eugenésicos) entre nazismo y sionismo; la cooperación material entre ambos movimientos en una época en la que la mayor parte de los judíos europeos optaban irremediablemente por el socialismo (y con ello fueron gaseados). Sólo sus fraseos atonales pueden narrar cómo Theodore Herzl fue un hitleriano avant la lettre del que el maldito canijo de bigote rectangular no hizo más que copiarse. Cómo el Estado Teocrático israelí le fue impuesto a unos rabinos que se negaban talmúdicamente a un Estado judío para un pueblo judío: ein Volk ein Reich, Heil eretz Israel.
Sólo él, exiliado de aquel privilegio al que nunca llamó hogar, habiendo habitado el interior del Mal Absoluto, nos explica cómo en tierra ocupada no resulta posible ser un no sionista, cómo existen los judíos étnicos; los judíos religiosos; y los judíos tipo tres: aquellos cuya religión es el Holocausto, que pueden profesar todas las ideologías "laicas y democráticas" concebibles, que incluso a veces se hacen pasar por partidarios de un Estado palestino y se visten de "pacifistas", pero que se quedarían en nada sin ese supremacismo étnico que coloca el sufrimiento judío, la Shoah, como única medida de todas las cosas frente a la que el resto de la humanidad nunca podrá compararse (¿y los indígenas? ¿y los vietnamitas? ¿y los aborígenes? ¿y los gitanos? ¿y los iraquíes? ¿y los armenios? ¿¿y los palestinos??).
Sólo Gilad Atzmon se declara dispuesto, en el nombre del primer palestino de lengua hebrea que es, a vivir en una Palestina liberada gobernada por Hamas antes que volver a sufrir la opresión sionista sobre su propia ex-conciencia.
A golpe de free jazz, Gilad Atzmon denuncia zigzagueante cómo, en los márgenes de la Historia, los activistas occidentales esperan que los palestinos y los iraquíes "se vuelvan laicos, cosmopolitas e ideólogos de clase, esperan que los árabes y musulmanes actúen como marxistas europeos, proyectando sobre los demás su propia cosmovisión solipsista, solidarizándose con ellos mismos a través del sufrimiento de Iraq y Palestina".
Finalmente, Gilad termina proclamando que el jazz es su yihad. Que Bird, Dizzie y Coltrane, "cuando sacrificaron todo por la belleza y la resistencia, estaban en realidad comprometidos en una guerra santa". Escucho a Coltrane como si siempre lo hubiese comprendido. A Love Supreme. Allah-u Ackbar.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

...joder, lo que me faltaba ya por oir. Un jazzista muyahid

¿qué será lo próximo? ¿un econometra salafista? ¿un taxidermista guitar-hero? ¿un afinador de pianos miliciano insurgente?¿un tunero dadaista?

A.O. dijo...

All we are saying... Is give a jazz a chance!!! Dale una oportunidad a la yihad del jazz. Y que no falte el sexteto de dinamita para la ocasion. Vuela espiritu de Charlie Parker, vuela free bird!!