viernes, 13 de abril de 2007

MÚSICA Y LITERATURA

La insigne generación beat escribía a golpe de be-bop o de free jazz. Dejaban que las frases fluyesen. La inabarcable lógica de lo espontáneo, la creación más allá de la impostada inmortalidad del escritor oficial. No veían páginas impresas mecanografiadas, veían saxos expandirse en la locura...
Yo nunca sabré ni cómo escribo ni, lo que es más grave, cómo quisiera escribir. Pero no estaría mal que alguien consiguiese plasmar en literatura un solo de guitarra eterno Duane Allman-Jimi Hendrix; un anfetamínico Yngwie Malmsteen; un Neil Young-Poncho Sampedro sobrevolando la tormenta; un ignoto Jan Cyrka; un delirante Space Ace cual superhéroe ametrallando a rayos láser; un Izzy Stradlin indispensable desafinando hasta el más allá.
O un Steve Crooper que nos marcase inexorable la justa medida de nuestros tiempos; un Dave Mustaine-Marty Friedman constante y atronador; un Angus Young-Keith Richards-Chuck Berry certero como la guerra de clases que vendrá; un Albert King-Albert Collins aullando de esclavitud desesperada y ansias de liberación; un Ed Mundell evasivo en universos improbables que transitar...
Desear que un conjunto de letras desordenadas pudiesen algún día acompañarles. Aunque haya que dar gracias porque ellos sí, de verdad, nos acompañan.

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