DEMOCRACIA...

¿PSOE o PP? ¿Posfranquistas o neofranquistas? La ilegalización se cierne sobre quienes escasamente les amenazan quizá y sin conseguirlo siquiera. Pero esta deriva autoritaria, en lugar de residuo de lo que nunca dejó de ser España, se alza incólume como signo de los tiempos globales de guerra infinita. De los tiempos globales en los que sólo podemos soñar en convertirnos en el enemigo invisible, en la quinta columna de lo incognoscible desde cualquier centro conquistado del Imperio, arrasado de Resistencias. Pobre porvenir que nos aguarda, que abrazamos sabiendo que no vale la pena y que tampoco nos podemos sustraer de él, qué nos creíamos...
¡Vendeos al clientelismo eterno! No pagará bien, pero seguro que os espera. Huíd. Sois libres; libres de claudicar en todo caso. La felicidad no existe, pero la infelicidad desde luego que sí, así que ahuyentadla de una vez, y jamás miréis atrás, porque atrás no veréis absolutamente nada, y el vértigo del vacío convoca inexorablemente al peligro, al mito reprimido del naufragio imaginario de aquello que no sucederá. Sólo pido una cosa. Dejadme tranquilo en mis sagrados delirios de esa otra eternidad que nunca se llamará España. La guerra infinita fue hecha para mí. Welcome to the jungle.