jueves, 19 de abril de 2007

HISTORIAS DEL LÍBANO

1958. Revuelta nasserista en el país de los cedros. Kamal Jumblatt estaba metido en ello, pero todos pensaban que era un excéntrico incorregible. Líder de la comunidad drusa, señor feudal por tradición familiar, Ministro disidente, comunista vocacional y por si hiciese falta místico. Este pedazo de revolucionario, desde su palacio de Mukhtara, dirigía a las fuerzas populares en la región del Monte Líbano. Todavía no había recibido el Premio Lenin, ni había hecho la reforma agraria en sus propias tierras, ni se sospechaba que pasaría a la Historia de los nuestros, a la gran pequeña Historia de lo que no fue, y precisamente por eso lo escribimos con el orgullo del que quiso desaparecer contra el infinito, del que ceremoniosamente se dejó arder en homenaje...
1958. El Presidente neocolonial, el infausto Camille Chamoun, decidió mandar a unos cuantos observadores de la ONU para que impidiesen el contrabando de armas de los nacionalistas árabes desde la frontera siria. A Kamal Jumblatt le tocó un observador indio. Y el genial Jumblatt le mostró textos antiquísimos de teología hindú, técnicas de yoga que jamás soñó conocer. Mientras tanto, kalashnikov viene, lanzacohetes va, pero el indio contentísimo... Y no envió ningún Informe.
Om Shanti
PD. No a la Militarización de Albacete.

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