miércoles, 14 de marzo de 2007

LA SALVACIÓN A TRAVÉS DEL ARTE

Habíase, en otra época, una pseudorevista, perdón, una basura sociata subvencionada editada en papel carísimo y con supuestas pretensiones literarias, llamada "Safo". Una noche, años atrás, cogí unos cuantos ejemplares y los quemé en la terraza bajo mis risas dementes ante la concurrencia que allí bebía.
El fin de semana pasado, al salir de un bar, vi un cartel de un concierto "solidario" en el que participaban Iñaki Gabilondo, Miguel Ríos, Víctor Manuel, Ana Belén... Lo arranqué de inmediato, busqué un mechero, pero un instante después me distraje y seguí caminando con él en la mano despreocupadamente. Dos calles más allá, caí en la cuenta y me apresté a convertirlo en flamante llama cósmica. Pero mi acto no iba a ser el resultado de la pasión de otrora sino de la inercia, un movimiento mecanizado, un extraño sentido del deber interiorizado tiempo ha, un jodido acto retro.
Mi amigo L, al verme con el mechero, me llamó la atención antes de comenzar: "Pero ¿vas a quemarlo? Es papel plástico. Apesta."
Avergonzado, tiré el póster al suelo. Tenía razón. ¿Cómo se me había ocurrido, a mi edad?
Entonces L dijo: "No lo quemes, hombre. Mejor mearnos en él".
Y, mientras el líquido colisionaba contra el papel, la misma risa satánica se alternaba con los gritos de mi amigo: "¿Se oye? ¿Se oye? (Cómo me meo en los sociatas).
Descubrí sorprendido que, en algunas pequeñas cosas, el arte todavía salva.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

¡Ja, ja, ja, jajjajaj, ja! Alí, te quiero. Alfrothul

Anónimo dijo...

Safo, basura sociata!

Nombre y Apellidos.