martes, 13 de marzo de 2007

GRACIAS CHAVEZ

No me gusta que el Presidente Chavez cante, ni que tenga un programa de radio o televisión, ni que se pase de vueltas implicándose en las campañas electorales de otros países (perdimos Perú), ni que firme acuerdos económicos ventajosos para Gobiernos criminales (Colombia) o Gobiernos irrecuperablemente reaccionarios (Uruguay, Nicaragua).
Hasta aquí mi precario ajuste de cuentas con Chavez. En realidad sólo tengo cosas que agradecerle.
Porque le llamaron populista y se convirtió en el primer populista que cumplió lo que prometió.
Porque creí que tenía límites, que crearía un Gobierno medio decente pero no se atrevería a la transformación socioeconómica, y finalmente resultó no tener límites, desatando la mayor oleada revolucionaria en décadas.
Porque ayudó a legar a la Historia la Declaración Universal de Derechos de los Pueblos Indígenas, que se fundirá con las luchas de las naciones indias y enterrará toda tentación de volver retórica burocrática onusiana la voz 500 años sumergida.
Porque llegaron los genocidas sionistas y el Comandante los mandó parar, irse con su chiringuito a otra parte.
Porque me recuerda a Nasser y nada fue en vano.
Porque pensé que la revolución bolivariana no podría sobrevivir respetando las condiciones de una democracia burguesa, y me volví a confundir, los golpistas fracasaron, el pueblo devolvió a Chavez a Miraflores...
A Chavez, le tengo que agradecer todas las veces que me equivoqué, que no confié lo suficiente, que puse sobre la realidad unos ojos tristes, y, desde Venezuela, se me devolvió en forma de esperanza.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

El Camarada Chavez presente para lo que necesite.
Venezuela Bolivariana, revolucionaria y socialista nos demuestra a todos los alicaidos europeos (musulmanes, cristianos, laicos y ateos)que sí se puede.
Basta ya de derrotas y pongámonos a andar. En Venezuela llevan ya más de 8 años andando (y cerca de 50 en Cuba, con pasitos adelante y atrás).
Andar, andar,andar,...
LuisZ

A.O. dijo...

A andar a pesar de la cojera y el desencanto