No me refiero a los presos senderistas llorando después de que su Presidente Gonzalo firmase la capitulación que hacía que las cárceles dejasen de ser luminosas trincheras de combate en las que desarrollar un estadio más del partido comunista militarizado, vanguardia de la guerra popular. Si bien ha habido maoístas entre rejas y maoístas en mansiones, ambos mundos a menudo se encontraban. Eran maoístas en mansiones los que dirigían a maoístas presos, denotando que el futuro se parece bastante al presente, en cada organización social, con la consabida tendencia a empeorar que los conservadores achacaban a todas las sociedades precisamente por conservadurismo.
No me refiero a la fase maoísta, tampoco, de los Grupos de Resistencia Antifascista Primero de Octubre, que contrariamente a los anteriores, no cogían nunca el dinero del partido, si bien, con un análisis pionero en decir que todo es fascismo, reincidían más que los atracadores de bancos, entrando y saliendo de prisión. El único lugar en el que el partido significaba algo. Por eso, el nuevo aspirante a líder, el rapero infame que no ha publicado jamás ningún disco, repentino héroe de Amnistía Internacional, ha decidido entrar voluntariamente en prisión para acelerar la elevación de su estatus.
Lo anterior dudo que lo buscasen los líderes del Movimiento Internacional Maoísta, una internacional maoísta con sede en Harvard. Si parece extraño que una internacional de tal radicalidad revolucionaria esté dirigida desde Estados Unidos, no hay que olvidar que la internacional maoísta mayoritaria, el Movimiento Revolucionario Internacionalista, también estaba dirigida desde Estados Unidos por Bob Awakian, o al menos lo pretendía. La célula maoísta de Harvard tuvo que terminar desmantelando su internacional, reconvirtiéndola en el Ministerio Maoísta de Prisiones, grupo que atacaba el gulag americano, y que salvaguardaba las siglas.
Conociendo esta historia, al enterarme de que hay un partido maoísta continuador de los Panteras Negras fundado en la cárcel, el New Afrikan Black Panther Party, establecido como emulación del capítulo carcelario histórico de George Jackson, mítico "hermano de Soledad" asesinado durante su fuga, pensé que éste se debía a la acción de tan particular Ministerio. Sin embargo, se trataba del resultado del proselitismo de un boletín carcelario maoísta rival, vinculado en una época al PLP, la tercera pata del maoísmo USA.
La historia y desarrollo del New Afrikan party es cautivadora, y me falta mucho que profundizar en la figura de Kevin Rashid Johnson y demás compinches o ex compinches. Condenado a cadena perpetua por narcotráfico antes de ver la luz y convertirse, se ha revelado como artista y portavoz de la nación encarcelada al estilo Abu Jamal, que también mantiene sus querencias por las citas del viejo libro rojo que blandía en su Filadelfia adolescente. Mientras trataba de zambullirme en la trayectoria de la organización, me he dado de bruces con su escisión.
La lucha de dos líneas es una de las características del maoísmo internacional, una distinción maniquea en la que quizá también aventuraron estos convulsos tiempos políticos de mierda. La lucha de dos líneas es un resabio idealista en la filosofia materialista de la historia, que no reposa en nada salvo en la voluntad del líder providencial que la identifica. Aunque por supuesto las escisiones no son la consecuencia de una teoría errónea, sino de una divergencia de intereses. Por eso que la lucha de dos líneas -y no hagamos chistes con la líneas pese a que algunas hasta sean narcoguerrillas- encubre, nunca mejor dicho, intereses que se contraponen en algún momento.
Volviendo al partido al que empezábamos a admirar, fiel continuador pantera, en alguno de los vértices que tuvieron los panteras, y que ahora se compone de dos partidos, uno integrado por tres miembros del Comité Central, rebautizado Partido Revolucionario Intercomunal Pantera Negra, y el otro por los dos miembros restantes, que han expulsado a la mayoría de los militantes a los que han encontrado. Aquí, además de la lucha de dos líneas o lo que quiera que sea eso, vemos una variable interesante. Como afirma Rashid, el grupo que ha mantenido la denominación, y que no es el suyo, ¡está dirigido por un blanco! Precisamente, el blanco del boletín, que había sido relegado de la organización. Una organización, recordemos, nacionalista negra denominada Nueva África.
Pueden parecer historias bizarras de una minúscula facción perdida bajos los muros de las cárceles privadas que pueblan Estados Unidos y que vinculan todavía al pueblo negro y el trabajo esclavo. Puede parecer que la variable racial no es o debiera ser determinante, aunque se trate de una organización racial. Pero no se trata del único caso. Existe una organización negra mainstream mucho más famosa, Black Lives Matter, que en realidad no se trata tampoco de una organización porque burocráticamente no existe, carece de organicidad, legalidad y funcionamiento interno, funcionando en su lugar como un logo en manos del capitalismo de fondos de inversiones, agitada convenientemente por sus terminales mediáticos, cuyos participantes en ella son en un gran porcentaje blancos.
Si toda la gloria del mundo cabe en un grano de maíz, toda la miseria está reflejada igualmente en un elemento así de pequeño. Por eso miro a estos partidos extraviados, y la gloria y la miseria me poseen, mientras el maíz se posa en el borde de la sartén y va conformando la masa.
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