Una vez tuve otro blog. No me disgustaba lo que escribía en él, pero echaba de menos los colores. Me ponía triste no tener estos colores, como hay personas que se ponen tristes con las estaciones. Como si me doliesen los huesos por el cambio de tiempo.
Por eso volví. Para no poseer nada, sino estos colores que son mi libertad. Estos sonidos que me guían y nos guían. Aunque sea solo a mí y al ilustre ejército de mis recuerdos.
Siria no se rinde. Yo no olvido.
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