viernes, 27 de abril de 2018

In a (non) sentimental mood

Se levantó de la mesa de la conferencia y dio un apasionado y visceral discurso contra las emociones. Sólo entonces se sintió reconfortado, ya que las emociones que con tanta justicia había fustigado corrieron a concentrarse para hacer que en esta ocasión se encontrase realmente bien. Cual James Brown, cantó y bailó, y nadie le hizo apearse de sus convicciones: las emociones son el demonio y debieran desaparecer. Debieran desaparecer. Y la política de las emociones es el mal, pero esa es otra historia.

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