El mayor elogio que he escuchado de Eduardo Haro-Tecglen, el Niño Republicano, vino en forma de maldad. Comentaban que Eduardo merecería el sillón "dos puntos" de la Real Academia.
Él estaba Máis Alá.
Pero yo: que leía su relegada columna: decidí quedarme, en mi extraña sintaxis extranjera, con los "puntos suspensivos"... Con todo ese odio de clases implícito... Con tooo... DJ Muerto!!!...
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2 comentarios:
Grande Eduardo: Viva la República.
Te ha faltado el bla bla bla
(Cuando yo era un niño republicano blablabla...)
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