lunes, 7 de mayo de 2007

LOS MARVEL YEARS (1)

Entre los 12 y 13 años, creo que compré gran parte de los cómics de superhéroes que Marvel puso en el mercado. Hasta que mi madre, preocupada, decidió que "por dios, ya tienes 13 años, hay que madurar". Así que, bajo presión externa y en una de las más trágicas y lamentadas evoluciones de mi vida, me pasé por cuenta y riesgo al bakuninismo y al existencialismo francés. En el colegio no lo entendían: "¿Tu madre te prohíbe leer cómics? Si a mí me subirían la paga por hacerlo". Mi madre también se arrepintió del resultado final del experimento de mi educación, pero demasiado tarde; ya no pude convertirme en el inofensivo friki standard que el destino me había reservado hasta el momento.
Por supuesto, los cómics de los 80 y principios de los 90 eran claramente superiores, existía algo llamado dibujo que no dependía exclusivamente de ordenadores. Y sí, casi me da un infarto cuando lustros después hojeé un nuevo ejemplar de X-Men y me topé con esa estética ultratecnologizada, con esa realidad que no reconocía.
Aún así, hay al menos cinco cómics que me llevaría sin dudarlo a una isla desierta mucho antes que los 3 volúmenes de "Das Kapital":
1. "Nick Furia contra Shield". El hombre anteriormente conocido como Nick Furia, Agente de Shield, se da cuenta de que pasan cosas raras, que su organización no es lo que parece. En realidad, sus jefes han sido reemplazados por clones idénticos que intentan matarle en cuanto empieza a sospechar. Un clásico de todas las conspiraciones. ¿Alguien dijo ficción?
2. "La muerte del Capitán Marvel", de Jim Starlin. La mejor novela gráfica de todos los tiempos. Cientos y cientos de superhéroes tratando de salvarlo, pero nada, el Capitán Marvel se nos muere de cáncer. Y yo agotando paquete tras paquete de kleenex. Muy grande.
3. "Classic X-Men", etapa Chris Claremont y John Byrne. ¿El Profesor Xavier o Magneto? ¿Martin Luther King o Malcolm X? Yo lo tenía claro, Magneto rules, man. By All Means Necessary. Segunda pregunta retórica, ¿Cíclope o Lobezno? Muerte a los pijos, larga vida a las patillas, las cazadoras de cuero negras y el rock n´roll. Además, tovarisch Coloso hablando en ruso, la Bestia leyendo libros de física cuántica y haciendo chistes malos, Rondador Nocturno con sus desvaríos religiosos, Tormenta y su actitud (la única vez que la película aporta algo al original: mmmmmm, Hale Berry). Y por si fuese poco, la Hermandad de Mutantes Diabólicos contaba entre sus filas con Mercurio, una psique cuasi-galaica donde las hubiese, que básicamente pasaba por allí y terminaba harto de absolutamente todo el mundo, sin saber cuál era su lugar: el emigrante eterno, cuyo poder consistía precisamente en la supervelocidad.
4. Varios tomos especiales de Spiderman. Ese toque Errol Flynn de Spidey cuando puteaba a los villanos durante las peleas. Qué guiones. Y vaya mierda de película: ¿Conflictos internos? No entiendo, ¡Spiderman estaba encantado de haberse conocido!
5. El número 3 de la miniserie "El Escuadrón Supremo". Este cómic era penoso, contaba la historia de unos superhéroes que creaban en una isla llamada Utopía un modelo de Gobierno a lo Platón. Pero en el nº 3, uno de ellos, cuyo nombre no recuerdo, descubre que sus compañeros se han convertido en unos fascistoides del carajo, se carga todas las máquinas y, aprovechando su naturaleza acuática, se marcha a vivir solo al fondo del mar. El primer superhéroe luddita. Sí.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Olé ahí, chaval. Te superas cada día. Ya quisieran los columnistas del País, Le Monde y el New York Times recoger del suelo de la ducha y del lavabo los pelos que se desprenden de tus patillas para coleccionarlos. Sigue opinando así, campeón.
Alfrothul