jueves, 10 de abril de 2008

ADJETIVOS (Segunda parte)

No me gustan mis adjetivos. ¿Qué debería hacer?
Como economista, propongo que, partiendo de una correcta definición de los derechos de propiedad sobre los adjetivos, se cree un mercado de adjetivos que resuelva el problema. Cada uno de los productores-consumidores contaría con una provisión inicial de adjetivos, etc., etc. y el libre juego de la oferta y la demanda conducirá a la eficiencia adjetivaria.
Aquí me paro a pensar en una cuestión de gran importancia: Mis adjetivos no me gustan y estaría dispuesto a enajenarlos en el mercado para adquirir otros nuevos o incluso para quedarme sin ellos y llenar la despensa de chocolate; pero mis prefijos sí que me gustan. ¿Se consideran prefijos y adjetivos bienes complementarios? ¿Se me castigará con un dramático descenso del valor añadido de mi producción semántica al ofrecérseme un precio de mercado notoriamente insuficiente a cambio de los adjetivos si no quiero ofertar conjuntamente los jodidos prefijos?
Tengo muchas más ideas en torno a estos y otros temas relevantes que sin duda ocuparán el tiempo y esfuerzo de los economistas del futuro. Pero tengo también la tentación de solucionar mi maldito problema lanzando una despiadada guerra de clases contra los adjetivos y dejar que los economistas sigan dedicándose sacrificadamente a hacer metafísica con ecuaciones.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Este texto no lo entiendo y ni falta que hace ,es cojonudo ( como diria Mr Star).

Anónimo dijo...

Los prefijos y los sufijos... tienen algo que ver con el enunciado económico-financiero "se la metía a plazo fijo"?