Erich Honecker disparaba en el muro a ciudadanos cuyos derechos sociales estaban plenamente reconocidos para defender la supervivencia histórica del socialismo real. Zapatero dispara en la valla de Ceuta y Melilla a no-ciudadanos extranjeros sin derecho siquiera a existir en salvaguarda del capitalismo salvaje y la civilización occidental.
Desde luego, ambas situaciones no son susceptibles de comparación alguna.
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