miércoles, 2 de abril de 2008

¡NO!

No, no me he precipitado en felicitar al Presidente Mugabe por su triunfo electoral negado. Pese a los datos oficiales, manipulados por una facción corrupta del partido gobernante implicada en la más miserable de las defecciones, pese a la eterna conspiración imperialista contra aquellos que, a sus 80 años de edad y de combate, todavía levantan trincheras para plantarles cara, reitero que el venerable Robert Mugabe es la última y escasa esperanza del África liberada.
El apoyo al Presidente Mugabe puede que no contribuya a mejorar mi difícil vida social (esta tarde estuve cuatro horas discutiendo gravemente sobre este tema con "mi hispano-africana favorita"), pero admirar a quien lo merece indudablemente me hace sentir bien, y no me importa el precio a pagar, porque sigo a más de mil jodidas millas de arrepentirme de ello.

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