domingo, 23 de diciembre de 2018

EL CAMINO

El autobús desde Damasco te deja en la explanada enfrente del convento. En la tienda, además de Mandarin Cola, puedes comprar un cassette de la misa en arameo, del idioma originario.
Si subes la cuesta y llegas hasta la cima, entras en la Iglesia de San Sergio. De las tres más antiguas conservadas, según la tradición. 
Todo eso se vuelve irrelevante. Porque allí, independientemente del frío y las cronologías, se encuentra la experiencia de Dios. La experiencia humana de Dios, el aliento divino de Dios, el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo, el pueblo, el libro, el sacrificio, la plenitud y el pan. El pan comunal de cada día. Y un montón de niños a la salida del colegio. Escolarmente uniformados, dispuestos a seguir. 

No hay comentarios: