En la Taberna de Leo ponen obsesivamente una canción de Nick Cave, te echan si no muestras el respeto debido a Edward Said y sirven cerveza que no es cerveza.
En la Taberna de Leo suceden cosas extraordinarias, como extraordinario resulta que halle la serenidad en ella.
Quizá porque había leído "La Taberna de McSorley", creí haber llegado. El reflejo de esas páginas, los anarquistas excéntricos, las personas a las que quisieras llamar parroquianos.
Los sueños en jarras y las jarras en ceremoniosa procesión.
Me gustan los bares de Sevilla si están llenos de locos.
No me gusta cualquier bar. No me gusta casi ningún bar.
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