Aquel Día da Patria en el que fui a las tres manifestaciones, andaba Ferrín sobre el escenario de la Praza do Toural -25 de Xullo, Compostela liberada-. Con un discurso entre lo desgastado y lo apocalíptico, alternaba las loas al Camarada Presidente Sadam Hussein con la advertencia de que sólo el comunismo nos salvaría de los peligros de un mundo lleno de drogas y destrucción. Las filias y fobias de un señor mayor.
Ahora muchas veces me descubro pensando como ese señor mayor, pero sin esperanzas beatíficas, partidos comunistas patrióticos ni sillones (merecidos) en la RAG. Con el horror desnudo y ningún escenario al que acudir.
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