Cuando Cristiano Ronaldo le rompió la nariz de un codazo al lateral danés de origen africano Patrick Mtiliga, en la rueda de prensa posterior, se refirió a él como "el chico". El "chico", por cierto, tiene 29 años y, el delantero anteriormente conocido como CR7, 24 años. Después, argumentó casi textualmente que la culpa de todo la tenía Mtiliga por ser muy bajito.
Jorge Valdano, todo un intelectual del fútbol, prefirió la más diplomática fórmula "el jugador de Málaga" [de la periferia de Málaga, más bien].
Ninguno de los dos pronunció su nombre y apellido.
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