Cuando me quedé sin nada me llené de vanidad. Aún creí que estaba en lo correcto, que así se construían las defensas...
La carta decía: sé siempre fiel a ti mismo. Yo siempre me había comportado como una rock star, lo mereciese o no. Los verdaderos improvisadores jamás improvisan. Las verdaderas rock stars no tienen vanidad, tienen un puto aura, como los delfines rosas de los cuentos colombianos. Sé siempre fiel a ti mismo. Cosas de poco precio. La vanidad es cambiar la integridad por cosas de poco precio.
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