martes, 13 de septiembre de 2011

COLECCIONAR FRAGMENTOS DE ALMA, ABANDONARLOS

Páginas mutiladas con urgencia yaciendo en el suelo, nombres apuntados sin mucho sentido en una pequeña libreta. Sí, esta semana he tenido que desprenderme de los ejemplares de Popular 1 y Ruta 66 que apilaba cuidadosamente desde 2001. Puedo intentar consolarme sabiendo que aún guardo los 7 u 8 años previos conservados a buen recaudo, pero estoy convencido de que la humedad los ha asesinado, que son solo moho pestilente en un armario lejano en el que no volveré a mirar tampoco. Se fueron, todos ellos. Lo que me dieron se quedó, se quedará conmigo.
No sabía que recortarlos, aniquilarlos y lanzarlos al vacío iba a doler tanto cuando comencé forzosamente la tarea. ¿O lo sabía? Ahora que estoy terminando, dolió bastante, pero pasará. ¿Me encontrarás a bordo, ligero de equipaje? ¿No sé qué del último viaje? A tomar por saco, todavía me quedan muchísimos naufragios por vivir. Estoy seguro.

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