viernes, 24 de agosto de 2007

EN DEFENSA DEL "SOCIALISMO REAL"

Título que significa en defensa, también, del "socialismo real", en lugar de en defensa, exclusivamente, del "socialismo real". Porque siempre he sido fan del marxismo mágico, pero una cosa no quita la otra y tampoco espero que todo el mundo comparta mi afición por la gente con superpoderes. Lo que hay es lo que hay sin cerrar el camino a lo que habrá, que pasa por la destrucción absoluta de lo que hay, and so on y para eso estamos, y de ahí que no nos vengan mal los superpoderes.
Pues bien, decía, y en todo caso era mi intención desmontar una serie de mitos negativos en torno al "socialismo real", pese a que ya no le importe a nadie y a mí me importen todavía menos las creencias de los demás por más ridículas que sean, aunque si llegan a la categoría de absurdas ya me interesan un poco más, y así voy pasando la tarde, que por ahí fuera llueve, pero no como en mi Patria y eso me hace sentir relativamente desamparado en vez de metafísicamente saudoso. Pero estábamos con los mitos de mierda:

1. "Había colas". Claro que había colas. ¿Y qué? Se compraba a precios altamente subvencionados, por lo que resulta evidente que la subvención sobrepasaba el coste de oportunidad de esperar en las colas. Además, no podría llamársele coste de oportunidad a lo que constituía una forma de ocio no sólo gratuita, sino de la que se obtenían beneficios materiales (en los precios) e inmateriales (podías ligar, pasar un buen rato hablando del Estrella Roja en la Copa de Europa o comentando los grandes momentos de la reunión de la célula de distrito del Partido...) Qué tiempos. Siempre los echo en falta cuando espero como un gilipollas en la cola del supermercado a cambio de nada.
2. "Había escasez". Propaganda imperialista. Punto.
3. "Se pagaba poco". ¡Y se trabajaba menos! Propio de una población que había interiorizado los principios del valor-trabajo, al final el sueldo se ajustaba naturalmente al valor de la producción, en ausencia de presión externa para aumentar la producción a través de la vil explotación etc. etc. y permitiendo la saludable expansión del "ocio en el puesto de trabajo". Y se cobraba, carajo, y hasta medio funcionaba la historia desde el punto de vista productivo. Por último, ¿alguien en su sano juicio puede pensar que pagasen poco teniendo en cuenta que las hipotecas no existían porque el Estado te garantizaba el uso gratuito de una casa?
4. "El Comité Central nos oprimía". ¿Cuántas veces en tu vida te ha gritado en persona el Comité Central? ¿Y cuántas veces te ha increpado, humillado, verbalmente apaleado o jodido la vida tu jefe? Aquí es cuando llegamos a la esencia del asunto y el ciudadano/a capitalista en cuestión exclama "Es que mi jefe es muy majo/ Es que mi jefe es buena persona". Y no hay más que hablar. Es que me vas a comer la puntos suspensivos.

Larga vida al Estado Proletario. Vladimir, ¡vuelve!

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Plas plas plas...

Vuelve!


Nombre y apellidos.

Anónimo dijo...

Larga vida, Yoda!

C.

Anónimo dijo...

MAESTROOO!!!
Dazet