sábado, 24 de noviembre de 2018

DEL PUNK AL COUNTRY (II)

Aunque no se trata necesariamente de eso. Sino de que, por ejemplo, mis tres géneros musicales favoritos, el punk-rock, el rock n' roll básico y el heavy metal clásico, están más o menos muertos. De que ya hemos asistido al funeral del blues y a los penúltimos estertores del soul. De que el hip hop old school no fascina desde el apocalipsis del 91, y el rock alternativo necesitaba algo a lo que ser alternativo... Qué queda. Náufragos, soñadores e imitadores. Individualidades varias. Algunas, sí, inspiradoras. Metal extremo, también. Muy innovador. Muy creativo. Aunque ni siquiera el death metal melódico es lo suficientemente melódico para recordarlo, mucho menos para reproducirse con verosimilitud en la radio de nuestro corazón. Porque sí, en nuestro corazón hay una radio, igual que a nuestros átomos los mueve la música.
La música, la música. Algún género debe perdurar en su visión de conjunto. Incluso, aunque sea el country. Cualquier cosa, si sirve para ser libres.

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