A HOMBROS DE GIGANTES, O A HOMBROS DE TARADOS

¿Cómo avanza realmente la humanidad? Newton, en los albores de la ciencia y el individualismo burgués, creía que subiéndose a hombros de gigantes. Trotsky se adhería a esta visión. El positivismo la codificaría como una metodología que llevaba al estancamiento, a pesar de que garantizaba la conservación del saber, aún convertido en una parodia del saber para gloria del poder capitalista cuando aquel garantizaba algo de bienestar.
Porque la humanidad siempre ha avanzado a hombros de tarados. Bien lo sabían todos los filósofos, desde los griegos, que no excluyeron la locura y, a veces, hasta la reverenciaron. Una línea que llega discontinuamente hasta el surrealismo, los frankfurtianos y la contracultura... Pero que se rompe entre el Estado y el mercado. El loco no pertenece a ninguna de las dos categorías ni florece en ellas. Y así se desmoronó el mundo... Así quemaron todos los motores, menos el del buscador de google que estandarizó a la humanidad, menos los hipersegmentadores digitales que nos mataron, para bien del Estado mafioso y el mercado más criminal.
Bienvenidos a vuestro mundo de locos. Bienvenidos a vuestro mundo sin locos.