jueves, 14 de febrero de 2008

INMANENCIA, TRASCENDENCIA

Ambas me gustan. Las busco en el diccionario y tampoco mis dudas se resuelven. Quemo el diccionario y no encuentro la solución. La rebelión está más allá de las teologías. La rebelión está en todas mis teologías.
No doy ejemplo de las cosas que me gustan. Mi yo estático se corrompe en el sofá, se debate entre la tradición y el aburrimiento, se engancha a series de televisión infumables y se olvida de sí. Pero siempre aparece algo que recuerda. Que se encadena a lo que no fue, a la verdad, a la necesidad, a la vida, a la locura...
Aplazar el estallido de ese algo es mi actual y desdichado trabajo. En aras de un fin superior. El fin superior es estar aquí sin más. Sin inmanencias, sin trascendencias y también sin casi todos los elementos esenciales para la más básica de las supervivencias.
Pero estar aquí sin más es una patada en el culo para los enemigos de clase. Y eso me hace inmensamente feliz...

No hay comentarios: