viernes, 3 de abril de 2020
Catástrofes privadas
Junto a mis catorce profesiones en las que trato de desempeñarme por una módica cantidad muy inferior al salario mínimo, estoy realizando un curso de edición de audio y vídeo. Si pensaba que aprendería, me equivoqué. Eso sí, intentando configurar el audio del ordenador tal como entendía que me pedían para un ejercicio, me he cargado la ecualización del sonido del portatil. Además de la cuarentena, ahora todos mis discos se escuchan raros. Y cuando pongo un disco que no conocía, me parece de lo más original y estrafalario. Como cuando Ian Gillan grabó con Black Sabbath el incomprendido "Born Again". Nadie escuchó las cintas, éstas se dañaron y se editó así. Con todos los ingredientes para la leyenda.
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