Voy arrastrando mi decepción
de un escenario a otro escenario
voy arrastrándome sin nada que decir
y lo que digo te lo tienes bien sabido.
Ya no soy joven yo soy muy viejo
ríete de mí que soy tu espejo
tú y yo estamos bajo control
romper es nuestra única venganza.
Vamos arrastrando
nuestra ruína
estamos demostrando
que nada nos motiva.
Somos pequeñas bombas de odio
es nuestra única solución
somos los últimos, los peores
somos sobras de esta civilización.
Vamos arrastrando
nuestra ruína
estamos demostrando
que nada nos motiva.
Nada nos mueve
no hay esperanza:
¡Venganza!
¡Venganza!
¡Venganza!
PD. LA INTRAHISTORIA
Cosas de la época de los musicassettes. Tenía 13 años y las cintas se grababan tal como venían de la mano de los repetidores heavies. En algunas cintas de 60 y en casi todas las de 90, eso llevaba a un indeseado eclecticismo o, directamente, a tener una mierda de disco en una de las caras. A mí, ese disco fundacional que es el "Salve" de La Polla Records, me llegó compartido con un álbum de Decibelios. Decibelios eran un grupo pseudofascista de punk-oi! de los 80 que hacían una música totalmente vulgar. Además de los himnos típicos de La Polla, había una canción en esa cinta que me encantaba: "Somos pequeñas bombas de odio, ¡venganza!"... El problema, que no sabía si era de Decibelios o de La Polla Records, lo que me preocupaba enormemente: ¿tendré en la cabeza un estribillo para hooligans y skins? ¡Oh noooo!
Con el paso del tiempo, mucho tiempo, descubrí que afortunadamente no era el último tema del disco de Decibelios sino el primero de "Salve", y desde entonces proclamo sin complejos mi afecto por esta ambigua canción que llama a sacar lo peor de nosotros y estar orgullosos. ¿La venganza es bonita? Más bien, una necesidad transitoria inevitable.
Y yo no soy cristiano: Don´t forget, don´t forgive.
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