miércoles, 17 de enero de 2024

2024: Ni esperanza, ni opio, ni pueblo

He borrado muchas veces lo escrito aquí, porque no es capaz de elevar la majestuosidad y certeza de un título. Así pues, apuesto por los títulos sin capítulo asociado, las cosas fuera de formato, la rebelión zaidí fuera de hora. En los aburridos resúmenes de la génesis y desarrollo de la fe chií y sus diversas ramas, se relatan divergencias sucesorias con una lógica casi dinástica, pero no se explica el porqué. De dos hermanos, los zaidíes eligieron como Imam al que se rebeló. 
Llevó varios siglos y un Al Houthi volver a los fundamentos, al grito. 2024 no tiene ni esperanza ni opio ni pueblo, ni como empezaba la cita, corazón de un mundo sin corazón. Tiene un comeback glorioso y varias posibilidades que a menudo se ignoran. Y un camino de salvación, mirando al Imam que se rebeló, cuando se fueron todas las parábolas, cuando estaban vacías las bibliotecas, los oficios y las despensas, Gaza caía en vano y el apocalipsis bueno no venía. Mirad al Imam que dice NO o pereced en este 2024 sin esperanza ni opio ni pueblo, sin un más allá que te lleve al día siguiente. 
Porque necesitamos el día siguiente. No tener un mañana y creer en un pasado mañana. En un pasado mañana literal, después de fracasar mañana cada día, en una serie infinita que el calendario junta pero no colorea ni señala ni entiende. Danos hoy, Padre, nuestro fracaso de cada día, y perdona nuestras ofensas así como perdonas a los que nos ofenden, sobre todo perdonas a los que nos ofenden porque a esos hijos de puta nunca les pasa nada. 

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