No se alarmen. No se alarmen nunca. Ante todo, que reine la pasividad. Es lo que quiere el capitalismo que saca beneficio de la normalidad y saca beneficio del caos, que incrementa su plusvalía cuando se vuelve pequeña nombrando nuevos monarcas. Por eso debe controlar las transiciones. Para operar la adaptación.
Nos quieren adaptados. A lo peor.
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