viernes, 25 de febrero de 2011

DEL FETICHISMO IDEOLÓGICO

Cuando el mundo cambió con la ocupación de Iraq, los epígonos de un marxismo mal entendido, en lugar de, de acuerdo con los tiempos que se imponían, advocar por una convergencia amplia antiimperialista que les hiciese frente, se dedicaron a repetir viejos dogmas etnocéntricos: No existe nada más allá de una concepción estrecha de la lucha de clases, representada naturalmente por aquellos que se autoproclaman como clase obrera.
Si se les presionaba un poco más, no solo negaban cualquier otra forma de resistencia hacia el imperialismo, sino que recitaban orgullosos que incluso el nacionalismo era una ideología pequeñoburguesa incompatible con el internacionalismo (¿¡proletario!?).
No obstante, esa centralidad de un socialismo histórico que no volverá, condujo, en detrimento del antiimperialismo real, a un antiimperialismo banal. Derivó en una analíticamente ilusoria fosilización de un mundo bipolar que feneció hace veinte años y según la cual los intereses comerciales y estratégicos de Rusia y China se consideran "antiimperialistas". O bien, en el otro lado de la balanza, asumió una pseudovisión estratégica en la que EEUU, su Departamento de Estado y la CIA resultan omnipotentes, son mucho más inteligentes que nosotros y logran siempre sus objetivos engañando al conjunto de la humanidad (dado que la verdad consiste en la inversión perfecta, nótese el perfecta, de lo que nos cuentan los medios de comunicación). Y, según este pensamiento, los epígonos de este socialismo son los únicos que siguen queriendo redimir el trágico destino de una presunta clase obrera universal uniforme y homogénea, y los únicos que están a salvo de tan gigantesca conspiración mediático-alienatoria que todo lo alcanza a cubrir (válorese el alto concepto de sí mismos y la consiguiente superioridad moral que acarrea en su núcleo el pensamiento anterior).
Yo, por mi parte, en el imperialismo solo he percibido poder político y económico, pero nunca otra cosa que un conjunto de patanes profundamente incapacitados para analizar cualquier cosa o acontecimiento o situación, y desde luego mucho menos inteligentes que cualquier persona de la que me rodee, respete y admire.

1 comentario:

A.O. dijo...

Nota: Título alternativo: "Los imperialistas serán más inteligentes que tú, jodido imbécil". FIN