martes, 27 de enero de 2009

YEMEN

Hubo un tiempo en el que, según reflejan crónicas olvidadas, los que luchaban iban camino del cadalso gritando Viva la revolución, o Viva la anarquía, o Denantes mortos ca escravos en todos los idiomas conocidos.
Algunos incluso sólo alcanzaban a pronunciar Viva la re... antes de que las ráfagas insoslayables del pelotón de fusilamiento les rompiesen la voz y la vida.
Hoy, exactamente hoy, los insurgentes zaidíes condenados a muerte dicen con voz muy alta y solemne al escuchar la sentencia:
Muerte a América. Muerte a Israel. Victoria para el Islam.
Y no será en vano. No será en vano. No será en vano.

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