martes, 20 de enero de 2009

MITOS CAUCÁSICOS PARA CONTAR TODOS LOS DÍAS (ICHKERIA)

Todo surgió con "Nuestro Juego", mi novela favorita de John Le Carré. Cuando tenía 15 años y hablaba de John Le Carré como referencia en clase de literatura, la profesora me miraba horrorizada. Incluso lo cité en un comentario de texto y recuerdo que la hoja me fue devuelta con un gran tachón rojo encima del nombre de Le Carré. "Nuestro Juego" imaginaba la lucha por la independencia de una nación islámica sometida bajo la férula opresora de la Federación Rusa e incluso la ubicaba en Ingushetia. Erró por escasos kilómetros la profecía: Ichkeria, fue Ichkeria (Chechenia) la que asombró al mundo allá por la primera mitad de los noventa. Si no lo sigue haciendo es porque falta sentido de la justicia cósmica y, ante todo, porque falta información.
Esa lucha tenía un icono: Shamil Basayev. Con una personalidad arrolladoramente magnética, un arrojo fuera de este planeta y... unas ideas peculiares. Basayev era un poco ultraindependentista (en cuanto pisaba un territorio quería quedarse a liberarlo), un poco comunista de línea dura (su programa socioeconómico era la nacionalización plena y nada más que hablar), bastante islamista (discurso salafista hardcoriano) e inesperadamente con un afilado sentido del humor. La mezcla le llevaba a decir cosas bien raras, impagables pero un tanto raras, aunque qué más da si casi ganó él solo la primera guerra de Chechenia con sus locas operaciones militares... El problema fue cuando se le metió en la cabeza liberar el Cáucaso entero empezando por Daguestan. El tirano Putin aprovechó para genocidar Chechenia y lanzar la segunda guerra (inconclusa).
Hoy ya son mártires de la lucha Dudayev, Yandarbiyev, Raduyev, Masjadov, Basayev, Sadulayev y tantos otros, pero la resistencia chechena sigue su curso, ahora como Emirato (resistente) del Cáucaso. Una idea encarnada desde las más aventuradas visiones del Comandante Shamil Basayev, una visión que está aquí para quedarse, tal como promete Dokka Umarov, Presidente de la República de Ichkeria kalashnikov al hombro en las montañas y Emir del Frente Caucásico.
Pero estaba rescatando de la memoria los mejores momentos de Basayev, el hombre que perdió una pierna cruzando un campo de minas y siguió en la guerrilla porque Shamil Basayev podía sustentar la independencia de Chechenia con una sola pierna. El hombre que, en vez de dar hijos a la Patria, dio a su propio padre, que murió como mártir en 2002 a la venerable edad de 70 años, cómo si no, kalashnikov al hombro en las montañas, dirigiendo una unidad guerrillera.
Y en vez de tanta guerra y tanto espíritu necesario que lleva al combate, mi Basayev es el de una entrevista en la BBC en la que se parte de risa y dice "Yeah I´m a bad guy, I´m a terrorist..." Porque pocos lo saben pero, con la cinta verde de combatiente islámico en la frente y una barba que ya quisieran los ZZ Top, Shamil Basayev fue el primer muyahid con alma de rock star.

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