De la equidistancia

Mucho más que a los beligerantes, maldigo especialmente a los equidistantes. Porque incluso cuando la equidistancia va en contra de su propio interés, han llegado a ella por error. No estamos hablando aquí de la convicción y la falta de convicción, puesto que el dinero también es una convicción. Hay tres tipos de verdad: la verdad económica, la verdad política y la verdad moral. La verdad moral no suele alinearse con la verdad económica ya que se remunera poco, y no suele alinearse con la verdad política porque la política trae su propia forma de moral. 

La equidistancia surge siempre de la verdad económica o de la verdad política, mientras que la beligerancia, nos guste o no, es compatible con la verdad moral, aunque la revuelva en abyección y crimen y por eso los beligerantes son dos, desde el tiempo de las parábolas. Son dos o son tres, porque suele haber un tercero que interviene, y a veces interviene desde la equidistancia que nos impide dar fuego a la inmundicia del mundo.